Carlos Viván (el Irlandés) – Biografía



Cantor y compositor cuyo verdadero nombre era Miguel Rice Treacy.

Hijo de inmigrantes irlandeses, nació en Buenos Aires el 15 de abril de 1903. Su perfecto dominio del idioma inglés le sirvió para obtener su primer empleo en el ferrocarril, por entonces administrado por capitales originarios del Reino Unido.

De todos modos, fue la actividad artística —y en especial la musical— la que pronto atrajo su atención.

Comenzó su derrotero integrando una murga carnavalesca denominada Facha Bruta, dirigida por Enrique Dizeo, el mismo que luego se convertiría uno de los letristas más reconocidos del tango.

Su porte, elegancia y buena presencia dieron lugar a que se le asignara el papel de «maniquí vivant», por entonces de moda en las principales vidrieras y calles del centro de la ciudad, como asimismo en los grupos carnavaleros.

Ese rol se transformó poco después en el origen del seudónimo con el que se lo conocería de ahí en más. En efecto, a partir de la palabra vivant sin la letra t final, nació su apellido artístico definitivo.

Como cantor, poseía una voz pequeña y cálida, con registro de tenor que en ocasiones llegaba a tenorino. Había en sus inicios una característica que lo identificaba en sus primeras grabaciones: el inevitable vibrato al que a falta de mayor experiencia, debía hacer uso.

Su primer tema editado fue como integrante de la orquesta de Juan Bautista Guido en diciembre de 1927. Luego estuvo en la formación de Ricardo Luis Brignolo, con quien grabó Dolor gaucho un tango de Luis Berstein y Enrique Cadícamo.

Prosiguió su tarea de cantor en la orquesta de Pedro Maffia, con la que registró cuatro temas: Compañera —un tango de Maffia, Ivo Pelay y Luis César Amadori

—, el también tango La biaba de un beso, la ranchera Mi suegra y Cómo se pianta la vida —primera versión en el disco de este recordado tango cuya música y letra pertenecen al propio Viván.

Luego de breves permanencias con las formaciones de Antonio Bonavena, Osvaldo Fresedo y Donato–Zerrillo —con la que dejó grabado el tango La linda pebeta—, ingresó a la orquesta de Juan Maglio, de quien fue el estribillista que más versiones en el disco realizó —alcanzando alrededor de ciento cincuenta.

Cuando Pacho fue espaciando su actividad a causa de la afección pulmonar que lo afectaba y que originaría su deceso tiempo después, Viván realizó giras por América Latina, actuando especialmente en Brasil y en Estados Unidos.

En este último país, permaneció durante varios años y, facilitada su tarea por su perfecto dominio del inglés, fue intérprete de jazz, desarrollando además una importante labor como cantor solista.

Quedaron de su paso por ese país algunos registros que llevó al disco con la orquesta de Terig Tucci, entre los que se destaca Lobo, un tango de Ciriaco Ortiz y Luis Rubistein, grabado el 20 de abril de 1937.

Regresó a Buenos Aires en 1938, incorporándose poco después como vocalista de la orquesta de Julio De Caro, agrupación con la que dejó cinco grabaciones, dos de ellas a dúo con Héctor Farrel.

Se desempeñó además como galán y cantor en obras teatrales protagonizadas por las compañías de Elías Alippi, Marcelo Ruggero y otras. En esa actividad, intervino además en un par de películas que no alcanzaron a estrenarse. Las limitaciones técnicas existentes en aquellos primeros años del cine sonoro fueron las que impidieron la edición definitiva de las mismas.

Por esta razón, recién su tercera participación cinematográfica pudo arribar a las salas de proyección. La película se titulaba Noches cariocas, fue filmada en Río de Janeiro bajo la dirección de Enrique Cadícamo, estrenándose en el año 1935. De todos modos, el film no tuvo demasiada repercusión entre los espectadores y hoy está prácticamente olvidado.

Con el advenimiento de la televisión, su imagen tuvo algunas fugaces apariciones. Se lo vio a través de sus participaciones en algunas reposiciones de películas de Luis Sandrini, como por ejemplo Un bebé de contrabando y también en una escena grabada en vivo del programa de la conductora Blackie, en el que Pepe Peña, un periodista deportivo muy recordado de los años cincuenta y sesenta —que inclusive llegó a desempeñarse brevemente como director técnico del primer equipo de Huracán—, tocaba el piano y lo acompañaba a Viván en una parte del programa.

Ya en las postrimerías de su actividad artística, se presentaba en locales nocturnos como intérprete de jazz, siguiendo el estilo del cantante Al Jolson, tal como lo hiciera casi tres décadas antes en Estados Unidos.

En 1955, sufrió un episodio cerebro vascular del que pudo recuperarse, aunque a partir de entonces ya casi no volvió a actuar en ningún escenario.

Sin dudas la faceta que más destacó a Viván fue la de compositor de tangos muy difundidos y todos ellos de excelentes melodías: Hacelo por la viejaDomaniViviane de ParísSe va el trenPalomita míaAmigaNuestra nocheEl barco MaríaDolor de tangoMilonga para GardelPenny Post —tema en homenaje al célebre caballo de carrera—, Triste mariposa y sus dos temas más exitosos, Cómo se pianta la vida y Moneda de cobre, entre otros títulos que dan cuenta de su importante producción. En la mayoría de los casos, la poesía estuvo a cargo de Horacio Sanguinetti, aquel recordado letrista de destacada actuación en la década del cuarenta.

Moneda de cobre, con letra precisamente de Sanguinetti, tiene entre otras recordadas grabaciones, las de las orquestas de Ricardo Tanturi, Lucio Demare y Héctor Varela, con las voces de Alberto Castillo, Raúl Berón y Argentino Ledesma, respectivamente.

Cómo se pianta la vida, como se recordara con anterioridad, fue llevado al disco por primera vez por el mismo Viván cuando integraba la orquesta de Pedro Maffia. Luego también lo grabaron, entre otros intérpretes, las orquestas de Aníbal Troilo cantando Roberto Goyeneche a fines del año 1962 y por la de Osvaldo Pugliese, con la voz de Abel Córdoba, el 8 de julio de 1981.

Pugliese grabó además otros tres temas de Viván: Amiga, cantado por Roberto Chanel, el 10 de junio de 1947; Hacelo por la vieja, con la voz de Alberto Morán, llevado al disco el 20 de marzo de 1950, y Milonga para Gardel, registrado a dúo por Abel Córdoba y Adrián Guida el 22 de noviembre de 1985, grabación esta última que se reiteró en vivo en la inolvidable noche de homenaje a Pugliese en el teatro Colón, el 26 de noviembre del año siguiente.

Amiga y Milonga para Gardel tienen versos de Sanguinetti, mientras que Hacelo por la vieja, cuya música Viván compuso en colaboración con Rodolfo Schiammarella, cuenta con letra de Héctor Bonatti.

Vivian de París, nuevamente con letra de Horacio Sanguinetti, ha sido objeto de una recordada versión grabada por la orquesta de Ricardo Tanturi con la voz de Roberto Videla, el 5 de julio de 1946, y El barco María, también con versos del mencionado poeta, fue llevado al disco por la orquesta de Lucio Demare cantado por Raúl Berón en el año 1943 y por la de Francisco Lomuto con el cantor Carlos Galarce el 11 de mayo de 1944. Ya a fines de los años noventa, Reynaldo Martín, el Alemancito, recreó este hermoso tema en una nueva versión grabada.

Tanturi grabó también Palomita mía, otra de sus composiciones con versos de Sanguinetti, en este caso con la voz de Enrique Campos en un registro realizado el 19 de agosto de 1944.

Domani, tema en el que como los anteriores se destaca una bella melodía, lleva versos acordes con la calidad de ella, escritos por Cátulo Castillo. Fue llevado al disco en el año 1951 por Alberto Marino en carácter de solista, acompañado por la orquesta dirigida por el violinista Hugo Baralis, y al año siguiente por Carlos Di Sarli con la voz de Mario Pomar, en una de las grandes creaciones de este vocalista.

Nuestra noche lleva también letra de Yaraví y fue grabado por la orquesta de Carlos Di Sarli con la voz de Jorge Durán el 24 de mayo de 1957.

Dolor de tango, con letra de Ítalo Gianetti, quien solía utilizar para firmar sus versos el seudónimo de Yaraví, fue a su vez grabado por Francisco Fiorentino acompañado por la orquesta dirigida por Astor Piazzolla, en una de las veintidós versiones discográficas realizadas entre los años 1945 y 1946 por este recordado binomio. Es un tango menos difundido que los mencionados anteriormente que merece sin embargo ser escuchado.

Viván tuvo una muy corta experiencia matrimonial, viviendo luego con su madre. Producido el fallecimiento de ésta y muy deprimido por esa circunstancia, en sus últimos años subsistió del producido de los derechos de autor que cobraba por sus siempre difundidas composiciones. Vivía solo pero siempre contó con la ayuda de sus amigos, algunos de los cuales ocupaban cargo directivos en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores, como don Santiago Adamini, por mucho tiempo presidente de esa entidad, quien lo apoyó solidariamente, en especial agilizando la cobranza de los mencionados derechos.

Con su salud ya muy deteriorada, falleció en el Hospital Británico el 16 de julio de 1971, a los 68 años de edad. Estaba ya muy solo y olvidado, su último protector, don Santiago Adamini, había fallecido dos años antes y Aida Denis, su viejo amor de su época de galán y cantor, también estaba muy lejos de él desde hacía mucho.

Su tango más exitoso, aquel cuya música y versos había escrito en su lejana juventud y al que tituló Cómo se pianta la vida, resultó sin dudas premonitorio de lo que a la postre sería su final. Basta simplemente con recordar su letra, esa que comienza diciendo «Berretines locos de muchacho ‘rana’ me arrastraron ciego en mi juventud, en milongas, timbas y en otras macanas donde fui ‘palmando’ toda mi salud...».

 

Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo III
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