Cantante y actriz nacida en Buenos Aires el 25 de diciembre de 1935.
Su nombre completo es Susana Natividad Rinaldi, y es hija de un matrimonio compuesto por un padre de familia acomodada y una madre de extracción humilde, transcurriendo los primeros años de su vida en el barrio de Caballito, hasta que la muerte de su padre obligó a la familia a mudarse a una pensión en el barrio del Once.
A partir de 1949, y por ocho años, estudió canto de cámara en el Conservatorio Nacional de Música, en el que obtuvo el título de profesora en 1957.
Paralelamente, en 1955, había ingresado a la Escuela de Arte Dramático, de la que egresó dos años después, es decir en forma simultánea a su egreso del Conservatorio Nacional.
En ese mismo año que se recibió debutó en televisión y ya en 1959 representó su primer papel en una obra teatral, formando parte del elenco de una compañía encabezada por dos grandes figuras de la escena nacional: Alfredo Alcón y María Rosa Gallo.
Su acercamiento al tango se produjo cuando fue convocada por Eduardo Bergara Leumann para que recitara poesías en su Botica del Ángel, cuya fundación fue uno de los grandes hitos culturales de la década del sesenta. Susana, la misma noche del debut terminó cantando tangos, iniciando así un sendero que nunca abandonaría.
En 1966, los fundadores del sello discográfico independiente Madrigal le propusieron grabar un recital de poesía, teniendo en cuenta que en su trayectoria como actriz ya había grabado por entonces dos discos en los que había interpretado obras de grandes poetas de la lengua castellana. En respuesta, Susana propuso que se editara un disco en el que ella cantaría tangos.
Tras una prueba, la propuesta fue aceptada y así, a fines de ese año, apareció su primer álbum, en el que la conducción musical estuvo a cargo del director y bandoneonista Roberto Pansera.
Surgió así un recordado disco larga duración al que tituló Mi voz y mi ciudad. Entre los doce temas incluidos, todos ellos clásicos del género, se encontraban María, Soledad, Milonga triste, Por la vuelta y Cristal, contando todos ellos con destacados arreglos a cargo de Pansera.
En 1967, Susana tenía una consolidada carrera como actriz de teatro y de televisión, actuando siempre en obras de especial jerarquía artística, lo que implicó una temporaria interrupción en su carrera de cancionista.
Sin embargo, poco después ésta cobró un nuevo y significativo impulso y eclipsó por el contrario a la de actriz. Comenzó a cantar en un local donde también actuaba Astor Piazzolla con su quinteto de entonces, ubicado en la calle Tucumán de Capital Federal, y con él compartió después un ciclo en el local nocturno Michelángelo.
Casada con el destacado bandoneonista y director Osvaldo Piro, juntos inauguraron en 1971 el café concert Magoya en Mar del Plata, en el que se consolidó así como una exitosa cantante escénica, con una ductilidad que le permitía tanto desempeñarse en locales pequeños como en grandes espectáculos, mientras que al mismo tiempo incursionaba como actriz de cine.
En 1976, ya separada de Piro, debutó en París, ciudad en la que terminó radicándose en 1989 en forma simultánea con la terminación de la presidencia del doctor Raúl Alfonsín, a quien Susana había brindado todo su apoyo. Por entonces ya era considerada una importante voz internacional del tango, y su radicación en la capital francesa, desde la que ha hecho base para sus giras por países europeos, afianzó definitivamente ese reconocimiento.
Su labor discográfica como cantante de tango iniciada en el año 1966 con el disco al que ya se hiciera mención anteriormente, continuó en 1971 con un larga duración editado por el sello Trova, dado a conocer bajo el título de Porque canto así.
Ese mismo sello, editó en 1973 otro long play en el que la Tana interpretó once temas pertenecientes a Cátulo Castillo, además de recitar un poema de Héctor Negro dedicado a esta señera figura del tango.
En 1976, editado nuevamente por el sello Trova, dio a conocer otro long play titulado A un semejante, nombre de un tango de Eladia Blázquez que Susana estrenó en el disco, en el que además de otros temas de reciente creación como el mencionado, incluyó algunos clásicos como El choclo, Los mareados y Cuesta abajo.
En ese mismo año —y editado por ese mismo sello—, dio a conocer dos discos simples titulados Solamente ella y Yo soy usted, el primero incluía el tango del mismo título que en los años cuarenta compusiera Lucio Demare sobre versos de Homero Manzi, y el segundo referido a una nueva producción de Eladia Blázquez.
En 1979, apareció otro disco long play, editado por el sello Phillips, bajo el título de Buenos Aires–París, en el que nuevamente además de algunos temas tradicionales como Sin palabras y La última curda sumó nuevas producciones de compositores jóvenes.
Al año siguiente, apareció un nuevo trabajo para el sello Phillips, en este caso bajo el título de La Reina del Plata, en el que siguiendo la línea de este título incluyó doce temas dedicados a la capital argentina. También para Phillips, en ese mismo año 1980, dio a conocer el long play De otros tiempos, en el que interpretó diez temas obviamente conocidos desde varias décadas atrás.
Su labor discográfica continuó en 1983 con el disco larga duración Poesía y canción, conformado por doce temas, cuatro de ellos cantados con el acompañamiento de la orquesta dirigida por Julián Plaza; tres, con el marco orquestal dirigido por Juan Carlos Cuacci, y tres recitados de poemas de Mario Benedetti, María Elena Walsh y Horacio Arman.
Montón de vida fue el título de su siguiente disco larga duración, editado por el sello EMI en 1988.
Entre 1990 y 1992, participó como invitada en un disco de Alberto Cortéz, en el que cantó dos temas de éste: Coincidencias y Cuando un amigo se va, en lo que fue su primera participación en un disco grabado en compacto.
En 1996, grabó un disco compacto de su propia producción, titulado Tiempos de mal vivir. La edición estuvo a cargo del sello DBN, contando con los arreglos y dirección de Juan Carlos Cuacci.
Con música de este director y letra de Susana, en 1997, dieron a conocer el tango Sin estridencias que se incluyó en un disco compacto bajo ese título, el que se completó con diez temas más correspondientes a tomas en vivo de actuaciones de la Tana realizadas diez años antes.
En 1998, participó junto con su hijo Alfredo Piro en cuatro de los temas que formaron parte del cd Bien debute. Las grabaciones se efectuaron en los cuatro primeros meses de 1998 y fueron editadas por el sello Epsa.
Entre 2000 y 2003, grabó los dieciséis temas que compusieron el cd dado a conocer bajo el título La Rosa en Ginebra, editado bajo su propia producción, para el que contó con la colaboración de los guitarristas Horacio Malvicino y Eduardo Morgado, del percusionista José Luis Colzani y de la contrabajista Lila Horovitz.
En 2002, participó como cantante invitada en la edición del cd Cuestarriba, para el que interpretó el tango El motivo, acompañada por el cuartero dirigido por Eduardo Morgado, precisamente productor del disco.
Su último disco a la fecha de esta reseña es Oratorio El Pueblo Joven, obra que permanecía inédita hasta entonces, cuya música pertenece a Astor Piazzolla y la letra a Horacio Ferrer, quien participó también en el recitado de los poemas de la obra. En este trabajo, Susana contó con el acompañamiento de una orquesta sinfónica y un coro polifónico dirigidos por Juan Carlos Cuacci, su casi permanente acompañante en sus trabajos desde los años ochenta.
Es también muy extensa la discografía de la Tana proveniente de sus actuaciones en vivo. Entre muchos otros, por ejemplo, se han editado discos con presentaciones realizadas en Michelángelo, en el teatro General San Martín y en el teatro Odeon, de Buenos Aires. En estas grabaciones es común que se incluyan diálogos sostenidos por ella con el público asistente.
Sus características como cantante destacan un estilo nuevo, con una voz delicada y un decir por momentos sutil o rotundo.
Ha prescindido de las inflexiones arrabaleras, como asimismo de los temas de trazo pasional grueso, apelando a un repertorio variado pero cuidadosamente elegido, en el que mezcla el romanticismo en las letras de José María Contursi, el mensaje en las de Enrique Santos Discépolo, la poesía en los versos de Homero Manzi y cierta protesta cuando ellos pertenecen a Celedonio Flores, de quien en una rara excepción a su prescindencia de temas machistas recitó su poema Porque cantó así en el disco grabado en 1971.
Especiales son, por otra parte, sus interpretaciones de temas de Cátulo Castillo, con quien alcanzó a compartir una mutua admiración en los últimos años de vida del poeta y compositor.
Interpretó también magníficamente a creadores posteriores a los mencionados, como a Eladia Blázquez en Sueño de barrilete; a Héctor Negro, en Responso para un hombre gris, y a Chico Novarro, en Cordón. Julio Nudler ha señalado que en determinadas etapas de su carrera «perdió la frescura inicial que la caracterizara, volcándose dentro y fuera de la Argentina al tango–espectáculo, con sus desvirtuaciones y estereotipos. Adoptó entonces modismos que resintieron su innegable calidad», aunque luego reconoce el mencionado y ya malogrado estudioso de la canción ciudadana que «afortunadamente en años más recientes eliminó esos excesos».
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo III
biografia
Comentarios
Publicar un comentario