Cantor nacido el 15 de septiembre de 1938. Su nombre real es Roberto Mario Brandy, siendo Mancini su apellido materno.
En 1956, mientras participaba en un concurso de cantores en radio Belgrano, el pianista y director Miguel Nijenson lo presentó a Miguel Caló, de cuya orquesta recién se había alejado Chola Luna.
Incorporado de este modo a esta agrupación con sólo 18 años de edad, se constituyó así en uno de los cantores de orquestas de primera línea más jóvenes, únicamente superado al respecto por Roberto Rufino y Adrián Guida, quienes tenían 17 años cuando ingresaron a las orquestas de Carlos Di Sarli y Osvaldo Pugliese, respectivamente.
Con Miguel Caló realizó tres grabaciones: en ese marco, Mancini debutó en el disco el 21 de diciembre de 1956 con dos temas: el tango Quedémonos aquí y el vals La perinola. Luego, el 11 de julio de 1957 tuvo lugar la tercera en la que cantó el tango de los hermanos Elías Randall y Oscar Rubens (en realidad ambos de apellido Rubistein) titulado ¿Por qué seguir?, en cuya letra, de interesante temática, Rubens plantea el interrogante del título, que no es otro que el de una pareja estéril, imposibilitada de concebir un vástago que consolide el amor entre ambos.
Esta última grabación fue muy difundida por el conductor de programas de tangos Alberto Palazón, quien también figuró entre los compositores del tema.
Desvinculado a fines de 1957 de la formación de Caló luego de regresar de una gira de alrededor de seis meses de duración con la misma por distintas ciudades de Brasil, Mancini actuó luego con las orquestas de Romero–Spinelli, Ángel Domínguez y Juan Sánchez Gorio, presentándose en confiterías, bailes de clubes y en las radios Splendid y El Mundo, aunque no llegó a grabar con ninguna de ellas.
Con este último director, compartió el rubro de cantores con Julio Fontana y Osvaldo Bazán, quien en 1959 había retornado a la orquesta tras desvinculación dos años antes.
En 1962, participó en la filmación de la película Los viciosos, en la que interpretó la Zamba de las tolderías.
Al año siguiente, se incorporó como vocalista de la orquesta de Alfredo De Ángelis, en reemplazo de Lalo Martel, y también debutó en la recordada audición el Glostora Tango Club por radio El Mundo.
En la orquesta de De Ángelis, compartió el rubro de cantores con Juan Carlos Godoy, con quien realizó a dúo seis del total de diecinueve grabaciones efectuadas con esta formación.
De estos registros discográficos con la orquesta del Colorado de Banfield, seis fueron realizados en Buenos Aires, para el sello Odeon, entre el 25 de julio de 1963 y el 30 de marzo del año siguiente los tangos Carta para René, Mi malacara y yo, Mujercitas, Cómo se muere de amor e Isla de Capri, además del vals Loco por ti, éste, al igual que Mi malacara y yo, a dúo con Juan Carlos Godoy.
Las trece restantes grabaciones se concretaron en Colombia, todas en el transcurso del año 1964.
Mancini permaneció en Colombia, radicado en la ciudad de Cali, hasta el año 1969. Cuando volvió a Buenos Aires, realizó en 1970 dos grabaciones acompañado por el Trío Yumba. Ellas fueron las de los tangos Misa de once y Tormento.
En 1971, regresó a Colombia y se estableció en la ciudad de Medellín hasta 1975, y en Bogotá, desde 1976 hasta 1981.
Durante esta década de permanencia en Colombia concretó veintinueve grabaciones más, nueve de ellas nuevamente a dúo con Juan Carlos Godoy.
En 1982, aunque mucho tiempo siguió haciendo giras anuales a Colombia, Ecuador y Perú, grabando en 1986 diez temas más en el país donde realizara la mayor parte de su actividad artística, se instaló definitivamente en Buenos Aires, donde ha conducido programas diarios de media hora de duración dedicados a la música ciudadana, en las que realizaba comentarios e irradiaba discos para la cadena colombiana Todelar, de la que formaban parte para esas audiciones nada menos que sesenta y cuatro radios de ese país. Esta actividad la desarrolló hasta 1991.
Durante los años 1992 y 1993, como integrante del elenco a cargo del espectáculo artístico del Hotel Chateau Frontenec de Mar del Plata, obtuvo los premios Estrellas del Mar correspondientes a los mencionados años.
Desde entonces, ha seguido presentándose en locales tangueros y algunos programas televisivos, si bien ya en los últimos años su actividad artística se ha ido espaciando paulatinamente.
Como corolario de esta reseña, cabe señalar que Mancini es un excelente cantor, dotado de grandes condiciones, al que quizás el hecho de haber desarrollado buena parte de su trayectoria en el exterior no le ha permitido obtener a nivel nacional el reconocimiento que por sus condiciones ameritaría.
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo II
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