Pianista,
director y compositor, nacido en el barrio de San Telmo el 14 de marzo de 1906.
Una vez terminada la escuela primaria, abandonó sus estudios para dedicarse a
la música, en contra del criterio de sus padres. Rodolfo quería estudiar
violín, por lo que fue inscripto en el conservatorio del diario La Prensa,
lugar en el que descubrió que su verdadera vocación era el piano.
A los trece
años ya se desempeñaba como pianista en las funciones de cine mudo del Cine
Colón, en la calle Entre Ríos. La ductilidad que exhibía el joven intérprete le
valió el pronto reconocimiento de Juan Maglio, quien al año siguiente, es
decir, en 1920, lo incorporó a su famosa orquesta. Con la agrupación de Pacho
se presentó en los cafés El Nacional y Domínguez, para ingresar
luego a la formación de Miguel Orlando, con quien actuó en el cabaret Maipú
Pigall.
El 1.º de
abril de 1930, convocado por José Razzano, integró junto con Antonio Rodio en
violín y los guitarristas Guillermo Barbieri, José María Aguilar y Domingo
Riverol, el conjunto que acompañó a Carlos Gardel en las grabaciones para el
sello Odeon de los temas Buenos Aires, Yo nací para ti, tú serás para
mí, Aromas del Cairo, Aquellas farras y Viejo smoking,
además de la versión de Lo han visto con otra, realizada nueve días más
tarde.
Formó parte
luego, entre los años 1931 y 1932, de la orquesta de Juan Bautista Guido El
Lecherito, con quien se presentó en los cines Real y Suipacha,
para luego ingresar a la de Juan Canaro, ocasión en la que conoció al actor y
cantor Juan Carlos Thorry, quien algunos años más tarde puso letra a su tango Indiferencia.
Como pianista de Juan Canaro actuó durante una temporada de radioteatro
desarrollada desde el cine París en 1933, presentándose también con esa
orquesta en el local Casanovas, nueva denominación del Maipú Pigall
en el que había actuado antes con Emilio Orlando.
Terminadas
estas actuaciones, la formación de Canaro realizó presentaciones en Brasil,
alejándose Biagi de ella al regresar de ese país. Permaneció inactivo durante
un tiempo hasta que su amigo Juan D'Arienzo, quien actuaba en el cabaret Chantecler,
le propuso ingresar como pianista de su orquesta en reemplazo de Lidio Fasoli,
cuya incorregible impuntualidad molestaba ostensiblemente al director.
Biagi se
incorporó así a esta formación en el año 1935, dando lugar a un cambio
impensado en el estilo de D'Arienzo, quien hasta entonces no se alejaba
demasiado del ritmo que imponían la mayoría de las orquestas. En efecto, sobre
la base de la marcación rítmica que le brindaba su nuevo pianista y su nerviosa
ejecución, el futuro Rey del Compás definió para siempre su
inconfundible sonido musical.
Durante los
casi tres años por los que se extendió su permanencia con D'Arienzo, impuso una
forma de ejecución del piano que luego seguirían, aunque con matices propios,
Juan Polito y Fulvio Salamanca, sus sucesores en el piano de la ya por entonces
famosa formación. La orquesta de D'Arienzo en esa etapa se presentaba en el
cabaret Chantecler, en audiciones irradiadas por LR1 Radio El Mundo, en
bailes de clubes y en exitosas giras por el interior del país y el Uruguay, en
cuya capital amenizaba veladas multitudinarias en el Hotel Carrasco.
Además, la
formación con Biagi como pianista integró el elenco de la película Melodías
porteñas, dirigida por Enrique Santos Discépolo. En su etapa con D'Arienzo
Biagi participó en la grabación de setenta y un registros discográficos.
El éxito
obtenido a partir de sus innovaciones convenció a Biagi de que estaba ya en
condiciones de encarar la formación de su propia orquesta, por lo que en 1938
se independizó con esa finalidad. Así, con su propia formación comenzó a grabar
para el sello Odeon el día 15 de agosto de ese año, fecha en la que registró el
tango Gólgota, cuya música le pertenece, siendo sus muy ilustrativos
versos obra de Francisco Gorrindo, debutando el 16 de septiembre de 1938 en el
cabaret Marabú.
Actuó
también en Radio Belgrano, lugar donde surgió su apodo de Manos Brujas, título
de un foxtrot perteneciente a José María Aguilar, guitarrista de Gardel ya por
entonces retirado de la actividad como consecuencia de las lesiones que
recibiera en el trágico accidente de Medellín, tema que la agrupación de Biagi
ejecutaba al comienzo de cada presentación.
En el año
1942 la orquesta actuó en Chile con un destacable suceso. A comienzos de la
década del cincuenta fue la primera formación orquestal en presentarse por la
flamante televisión argentina. En ese medio actuó una década más tarde en el
programa Casino Philips, recordada audición que se irradiaba por Canal
13.
También,
a comienzos de los cincuenta, participó en el famoso programa El Glostora Tango Club,
irradiado diariamente de lunes a viernes por Radio El Mundo. Fue durante varios
meses en los que reemplazó a la orquesta de De Ángelis.
A
lo largo de su trayectoria, Biagi tuvo la colaboración de destacados músicos,
como los bandoneonistas Alfredo Attadía, Miguel Bonano y Ricardo Pedevilla, y
los violinistas Marcos Larrosa, Claudio González y Oscar de la Fuente, quien
además fue arreglador del conjunto y compositor de algunos de sus grandes
éxitos. También contó en ocasiones con Juan Carlos Giampé como pianista
reemplazante, quien participaba en presentaciones radiales cuando Biagi no
podía asistir.
Su
primer cantor fue el tenor español Teófilo Ibáñez, intérprete de éxitos tales
como los tangos Gólgota,
La Novena y la
milonga Campo afuera.
Lo sucedió Andrés Falgás, quien realizó inolvidables registros de Queja indiana, Griseta, La chacarera y Cicatrices. En su reemplazo
ingresó Jorge Ortiz, quien sería a la postre el cantor de mayor éxito en la
trayectoria de la formación.
Ortiz
se desempeñó en ella durante dos etapas, dado que luego de su primera
incorporación se alejó para actuar un tiempo como cantor de Miguel Caló,
retornando no mucho después a la orquesta con la que, sin dudas, se sentía más
identificado. Los grandes impactos de Ortiz en la agrupación de Biagi fueron
sus grabaciones de Humillación,
Trenzas, Yuyo verde, Indiferencia, Magdala, Pájaro ciego, Carrillón de la Merced, Ahora no me conocés, Misa de once y Soledad la de Barracas,
entre un total de treinta y seis recordados registros discográficos, siendo así
el cantor que más grabaciones registró con esta formación.
También
pasaron por ella Alberto Lago, quien dejó registradas cuatro grabaciones en el
año 1940, Alberto Amor y Carlos Acuña. Este último se lució con los tangos A la luz del candil, Lonjazos y con una de las
mejores interpretaciones del tango Uno,
completando treinta y tres grabaciones, siendo junto con Hugo Duval, quien
siguió a Ortiz, el cantor con mayor cantidad de registros.
Por
su parte, Alberto Amor, cuyo verdadero nombre era Vinicio Guillermo D'Amore y
había nacido en Buenos Aires el 25 de enero de 1917, fue otro de los cantores
que tuvo una destacada participación en la formación de Biagi. Entre las algo
más de veinte grabaciones que dejó con ella, se encuentran las de los tangos Nada, Café de los Angelitos, Si la llegaran a ver, Arlette, Me quedé mirándola, Cuando llora la milonga, Y dicen que no te quiero y Cuatro lágrimas, los valses Paloma y Prisionero, y las milongas Flor de Monserrat y Con mi perro.
Los
últimos cantores que intervinieron en las grabaciones de esta formación para el
sello Odeon fueron Hugo Duval, quien participaría luego en registros para el
sello Columbia; Carlos Heredia, quien dejó grabaciones de los tangos Caricias, Y volvemos a querernos, Matala y el vals Adoración, este último a dúo
con Duval; y Carlos Saavedra, cantor que grabó un total de siete temas: los
tangos Sin palabras,
Gracias, Mientras duerme la ciudad, Esta noche me emborracho, Margot y Por eso grito, y la milonga Por la huella.
La
orquesta de Biagi totalizó para el sello Odeon ciento cincuenta y nueve
grabaciones, desde el año 1938 a 1954. Además de los temas ya nombrados, entre
las grabaciones más exitosas para ese sello se recuerdan las del vals de
Pascual de Gullo Lágrimas y
sonrisas y la del tango de Oscar de la Fuente y Horacio Sanguinetti
Bailarina de tango,
además de las correspondientes a varios de los temas de la autoría del propio
director que se recordarán al final de esta reseña.
Incorporado
luego al catálogo del sello Columbia, debutó en este grabando con la voz de
Hugo Duval El carrerito
y Ramona. Con la
participación de este cantor también registró para ese sello Arriba Jara, Estrella, Mariposita y Amor de verano, entre otros
temas.
Duval
permaneció en la orquesta hasta su disolución, grabando un total de treinta y
tres temas, entre los registrados para Odeon y luego para el sello Columbia,
igualando así la cantidad de registros concretados por Acuña. También fue una
de las voces más reconocidas con las que contó el conjunto a lo largo de su
trayectoria.
También
en esta etapa de la trayectoria de su orquesta actuó el cantor Carlos Almagro,
quien dejó registros de los temas Palermo,
Si no estuvieras tú,
Y a mí qué, Duerme mi niña y Con un silbido en los labios.
En
su etapa final, la formación grabó algunas versiones para el sello Music Hall,
contando con las voces de Duval y Almagro.
El
estilo adoptado por Biagi para las interpretaciones de su orquesta lo hizo
fácilmente reconocible por su índole estrictamente bailable y por la acentuada
marcación conductora del piano, interpretado siempre por el propio director. En
la mayoría de las grabaciones se destacan sus solos con este instrumento, dando
inicio habitualmente a la segunda parte del respectivo tema.
Su
obra como compositor, sin ser extensa, fue muy reconocida por el público. Cruz diablo fue una de sus
pocas composiciones instrumentales, siendo más numerosas las obras en las que
contó con la colaboración de letristas.
Así,
con versos de Carlos Bahr le pertenecen los valses Amor y vals y Como en un cuento y el tango Humillación, y con letra de
Francisco Gorrindo escribió las melodías de los tangos Gólgota, Por tener un corazón y Magdala.
Con
poesía de Homero Manzi le pertenecen las milongas Campo afuera y Por la huella; en colaboración con Rodolfo
Sciammarella, el tango Dejá el
mundo como está; con el pampeano Carlos Marín Oh mamá mía y con letra de
Juan Carlos Thorry el ya recordado tango Indiferencia,
todos ellos grabados exitosamente con su agrupación.
De
este listado de reconocidos temas, seguramente los que finalmente resultaron
ser sus composiciones más exitosas fueron Gólgota
e Indiferencia.
Su
última actuación en público se produjo en el Hurlingham Club el 2 de agosto de
1969. El 24 de septiembre de ese mismo año falleció en forma repentina, a
consecuencia de una imprevista baja de presión. Tenía entonces 63 años de edad.
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de
tango; Tomo I
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