Bandoneonista, director y compositor nacido el 8 de octubre de 1915. Su nombre real era Genaro Tórtora.
Sin demasiadas posibilidades de estudiar el instrumento al que dedicaría su actividad profesional, dada su precaria situación económica, y basándose fundamentalmente en su intuición, a los quince años, comenzó a ejecutar el mismo a fin de procurarse algún dinero, y simultáneamente se desempeñó en diversas actividades, entre ellas la de transporte y descarga de reses en las carnicerías, tarea para la que sacaba partido de su notoria robustez física.
En 1934, ingresó a un trío que conducía José Figueroa, también bandoneonista, con el que interpretó tangos, chacareras y otros géneros musicales. El pequeño conjunto realizó una gira y se presentó también en radio Mitre, ocasión en la que el director encargó a Mancione la formación de un sexteto.
Luego de esta primera participación en una agrupación de tipo profesional, Mancione se incorporó a la orquesta del pianista Armando Baliotti, para formar parte después de la de Roberto Firpo, en la que también participaban por entonces el violinista Cayetano Puglisi, el pianista Carlos García y el cantor Ignacio Murillo.
Tiempo después, ingresó a la orquesta de José De Caro, con la que actuó varios meses, en la boite Las Brujas, ubicada en Olivos.
También intervino, aunque durante un lapso muy breve, en la formación de Edgardo Donato, cuando éste tuvo un conflicto con los músicos que integraban la misma y debió recurrir a nuevos ejecutantes.
En 1938, formó un conjunto para actuar en el Palermo Palace, al que denominó Típica Armenonville, en el que Floreal Ruiz se desempeñaba como cantor, cuyas presentaciones se prolongaron durante un trimestre. Al año siguiente, junto con el también bandoneonista Bernardo Álvarez formó la orquesta típica Los Dados Blancos, curiosa denominación que provenía de unas figuras de fantasía que habían sido bordadas en las camisas que utilizaban los integrantes de la agrupación. El conjunto actuó durante dos años, teniendo como representante a Jorge Curi, autor de la letra de varios tangos muy difundidos que cuentan con música de Pedro Maffia.
Precisamente, Curi instó a Mancione a formar una orquesta bajo su única dirección. El debut de esta nueva formación se produjo 25 de abril de 1942, inaugurando junto con la orquesta de Aníbal Troilo el cabaret Tibidabo, en el que la agrupación de Mancione actuaba en la sección de la tarde y la de Pichuco en la de la noche.
Esa primera orquesta dirigida por Mancione estaba integrada en la línea de bandoneones, además del director, por Jorge Gutiérrez, quien a veces interpretaba también el piano, Juan Salomone y Antonio López; Doroteo Guisado, Rodolfo Fernández y Casanovas, en la de violines; José Cimarro en piano; Pablo Piazza, en contrabajo, siendo Horacio Torres el cantor, a quien reemplazó Floreal Ruiz cuando Torres decidió desvincularse de la agrupación.
Ruiz permaneció durante seis meses con Mancione, hasta su ingreso a la formación de Alfredo De Ángelis en 1943.
Desde 1944 hasta 1946, la orquesta de Mancione actuó en radio Splendid, contando entonces con los cantores Horacio Acosta y Héctor Linares.
Posteriormente, en un extenso lapso extendido desde 1948 hasta 1963 formó parte del elenco de radio El Mundo, en cuya programación participó con mucha frecuencia.
En 1950, se incorporó a la orquesta el bandoneonista Roberto Vallejos, quien pasó a tener decisiva participación en el sonido de la agrupación, asumiendo la responsabilidad de muchos de los arreglos que luego fueron registrados en valiosas grabaciones.
Este músico, en el rol de compositor, aportó también una importante cantidad de temas al repertorio de la agrupación en la década del cincuenta.
En marzo de 1950, a través de gestiones realizadas por Jorge Curi, se incorporó como cantor Francisco Florentino, quien en la década anterior había adquirido amplio reconocimiento como vocalista de las orquestas de Troilo y Basso, además de haber formado su propia agrupación con la dirección de Astor Piazzolla.
Fiore permaneció un año en la formación de Mancione, participando en tres registros discográficos, dado que por entonces la misma comenzó a grabar para el sello RCA Victor: Tinta roja, el tango de Sebastián Piana y Cátulo Castillo, el 28 de julio de 1950, que fue el primer registro de la orquesta; Te aconsejo que me olvides, tango de Pedro Maffia con letra del mencionado Curi, el 29 de diciembre del mismo año, y finalmente El motivo, de Juan Carlos Cobián y Pascual Contursi, grabado el 30 de marzo del año siguiente.
El ciclo de grabaciones de la orquesta de Mancione para el Sello del Perrito se extendió hasta el 25 de julio de 1956, día en el que llevó al disco el tango Con las manos vacías, de su bandoneonista Roberto Vallejos y el poeta Eugenio Majul, y la milonga Chuzas, perteneciente a de René Ruiz y Ernesto Uzal, cantada por Luis Correa.
Había totalizado treinta y ocho versiones discográficas, con la participación de los cantores Jorge Ledesma, en dieciocho de ellas; Héctor Alvarado, en siete — incluyendo en el total de estos dos vocalistas tres en las que intervinieron formando dúo—; Ángel Varela, en cuatro; las tres ya recordadas de Fiore, y Luis Correa, en la milonga Chuzas, como su única participación en esos registros.
Ledesma fue así el cantor que más grabaciones realizó con esta agrupación, y entre sus aciertos más notables se cuentan excelentes versiones de los tangos Larga noche, Llévame contigo, Cicatrices y curiosamente, una versión del célebre tema de Vicente Greco Ojos negros, habitualmente interpretado en forma instrumental, dado que la letra escrita por Julián Porteño sólo es escuchada en esta grabación.
Los músicos que intervinieron en la etapa discográfica de la agrupación fueron el propio director, Roberto Vallejos, Ángel Domínguez, Antonio Longarella, Julio Menor y Ernesto Baffa (en la segunda de las participaciones de la que sería una brillante trayectoria, dado que había actuado previamente sólo con Héctor Stamponi) en bandoneones; Francisco Mancini —a quien Mancione ha destacado junto con Vallejos como los dos más importantes colaboradores que tuvo en su formación—, David Aszenmil, Bautista Huerta y Manuel La Plaza, en violines; Julio Zeitlin —quien posteriormente abandonó la música para concentrarse en su profesión de médico, en la que alcanzó enorme prestigio—, en viola; Ángel Mollo, en violoncello; Ítalo Bessa, en contrabajo, y Arnaldo Medialdea, en piano, quien en 1956 asumió la vacante dejada por Francisco Orrego.
También participó en algunas ocasiones como pianista Francisco Requena, asumiendo algunos reemplazos en ese puesto entre 1955 y 1958.
Los arreglos, además de las ya recordadas orquestaciones llevadas a cabo por el propio director y por Roberto Vallejos, en ocasiones fueron realizados por el pianista Juan José Paz quien también durante algunos meses intervino en la formación, y por Ángel Domínguez, ya mencionado entre los integrantes de ella.
Una de las orquestaciones más destacadas realizada por el propio Mancione fue el del tango Ventarrón, de Pedro Maffia, que la agrupación grabó en forma instrumental el 28 de julio de 1950, es decir que junto con Tinta roja se constituyeron en sus primeras grabaciones.
Esa interpretación obtuvo un perdurable reconocimiento, como el que también alcanzó La cumparsita, la que contó con la decisiva participación del director y que a la postre para muchos constituyó una de las mejores versiones del más famoso de los tangos.
Otros instrumentales destacados fueron El cencerro y Lágrimas, hermosos tangos de José Martínez y Eduardo Arolas, respectivamente, con arreglos de Roberto Vallejos, y El refrán, de Roberto Pepe, que este mismo orquestó.
Astorpia, tango de Antonio Varela Nusotti dedicado a Astor Piazzolla y que arregló Mancione para su interpretación, constituyó otro de los notables aciertos de la agrupación, en la única versión grabada existente de este tema, realizada el 29 de mayo de 1953, el mismo día en el que llevaron al disco Como el humo, tango de Román Juri y el locutor radial Roberto Miró, en este caso cantado por Jorge Ledesma.
Entre los cantores que, además de los ya mencionados con anterioridad por su participación en las grabaciones, estuvieron a lo largo de la trayectoria de la orquesta aunque sin realizar registros figuran, Carlos Reyes, Osvaldo De Santis (luego conocido como Osvaldo Ramos en la orquesta de D’ Arienzo), la uruguaya Olga Cabrera, Jorge Miró, Alberto Carol, Rubén Llaneza y Alberto Rial, y los ya recordados en esta reseña Floreal Ruiz, Horacio Torres y Carlos Vidal.
La formación de Mancione realizó además varias giras por el interior del país, recorriéndolo prácticamente en su totalidad.
Se presentó también en el Uruguay y, en el año 1956, lo hizo en Chile. En 1965, dos años después de haber cesado sus presentaciones en radio El Mundo, y luego de quince años de formar parte del elenco de esta emisora, Mancione decidió reducir el número de integrantes de su agrupación.
Con este nuevo formato, en 1968 al frente de un cuarteto, actuó en Capital Federal y Gran Buenos Aires, prolongando sus presentaciones hasta los bailes de carnaval de ese año.
Poco después, el cantor Argentino Ledesma le propuso que lo acompañara con ese conjunto, realizando entonces un total de veintitrés presentaciones con el cantor santiagueño durante los meses siguientes y hasta casi el final de ese mismo año.
Ya en la década del setenta, dirigió un trío que durante varias temporadas acompañó al cantor Carlos Vidal en el restaurante El Farolito, ubicado en la calle Vera, en el barrio de Villa Crespo. Vidal, emblemático ex cantor de la orquesta de Domingo Federico en la segunda mitad de los años cuarenta, estaba casi retirado de la actividad, habiendo ingresado hacía varios años en la Justicia Nacional, en la que cumplía funciones en el Juzgado Laboral n° 7 de Capital Federal.
Mancione y Vidal continuaron presentándose en el mencionado local hasta comienzos de 1980, año en el que este último comenzó a sufrir serios problemas coronarios que produjeron su deceso el 18 de enero del año siguiente, cuando sólo tenía 55 años.
Consecuente con la música y con el género que eligió para desarrollar su actividad, pese a las dificultades que se presentaban a los músicos de tango Mancione nunca dejó totalmente la misma hasta principios de los años noventa.
Así por ejemplo, en diciembre de 1990, con 75 años de edad, culminó una exitosa temporada anual en El Farolito, aquel local tanguero en el que más de diez años antes actuara con Carlos Vidal.
A partir de entonces, sus presentaciones fueron reduciéndose paulatinamente hasta cesar las mismas a mediados de esa década final del siglo veinte.
Osvaldo Requena, quien como recordáramos participó en la orquesta durante la segunda mitad de la década de los años cincuenta, ha señalado en un reportaje que «Mancione fue muy buena persona, de buen carácter y serena personalidad. Ésta fue la causa que quedara un poco relegado pese al excelente sonido de su orquesta. Su estilo era una derivación del que desarrolló Orlando Goñi cuando era pianista de Pichuco, pues al pianista le indicaba que tocara con la mano izquierda ligado —como hacía Goñi—, mientras los bandoneones tocaban stacatto cuando se marcaba el cuatro. También se apoyaba mucho en el primer violín que marcaba las ligaduras, las expresiones».
La obra de Alberto Mancione como compositor no fue muy extensa. Se incluyen entre sus aportes al género tres temas que tienen letra de Ángel Di Rosa: la milonga Señores, permiso y los tangos Dolor de huella y La luna, el cigarrillo y yo.
Con versos del poeta Eugenio Majul, escribió la melodía de Pobrezas y con letra de su amigo y representante Jorge Curi: la milonga Para el pueblo y los tangos Lo que tú llamas amor y Yo te condeno a vivir.
Por último, sus instrumentales fueron Moderno, en colaboración con Roberto Vallejos, Total, en colaboración con Juan Salomone, F.F. —dedicado a Francisco Fiorentino— y las milongas Canyengue y tristona y Fiel milonga. Todos estos temas reflejan sus muy buenas condiciones como compositor. Sin embargo, de entre ellas, la única que él mismo grabó fue la milonga Señores, permiso, llevada al disco por su agrupación con las voces de Jorge Ledesma y Ángel Varela, el 7 de noviembre de 1952.
Su fallecimiento se produjo el 4 de julio de 1998, tres meses antes de cumplir 83 años de edad.
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo II
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