Juan Carlos Marambio Catán - Biografía

 

Cantor, autor de letras, compositor, actor de teatro y guitarrista, había nacido en el 30 de julio de 1895 en Bahía Blanca.

Como cantor es considerado uno de los pioneros del género, dado que en 1913, a poco de haber abandonado la Escuela Naval Río Santiago, se inició en esa actividad viajando a Paraguay acompañando a Fernando Nunziata, un cantor bastante conocido por entonces.

De regreso, y con el seudónimo de Carlos Nuñez, formó un dúo con Saúl Salinas, quien venía de integrar un trío de cantores con José Razzano y con Carlos Gardel.

Poco después, ahora nuevamente con su verdadero nombre, Marambio Catán formó otro rubro con Carlos Mombrún Ocampo, para luego en 1922 ingresar a la compañía de Pepe Podestá, en reemplazo de Florindo Ferrario.

Toda esta trayectoria lo transformó en uno de los vocalistas más populares de esa primera etapa del tango–canción.

Luego de desvincularse del elenco de Podestá, pasó a formar parte de la compañía de revistas que dirigían Manuel Romero e Ivo Pelay, formando dúo de cantores con Alfredo Pelaia, para poco después, en el año 1923, grabar su primer disco y en 1924 estrenar el primer tango de Enrique Santos Discépolo, Bizcochito, tema que también registró en el disco.

Su intensa actividad lo llevó luego a Chile, Perú y Colombia, y a su regreso fue quien estrenó el tango Príncipe, de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez, y la zamba de Adolfo Avilés Los ojazos de mi moza, en este caso a dúo con Olinda Bozán.

Luego de reemplazar al barítono José Muñiz en el teatro Ópera, en representaciones en las que cantaba el tango Tiempos viejos, viajó a Europa integrando la orquesta de Julio De Caro, compartiendo el rubro de cantores con Luis Díaz.

Ya en el Viejo Continente se separó de esta formación continuando su actividad en forma individual en Egipto, Italia, España, Alemania y Yugoslavia, registrando incluso una fugaz actuación en Venecia como cantor de la orquesta de Eduardo Bianco.

En 1930, a pedido de la señora Irene Villoldo de Corona, hermana del compositor de El choclo fallecido once años antes, escribió una letra para este célebre tango, anterior a la que en 1947 escribió Discépolo para que la interpretara Libertad Lamarque.

Formó también un trío con el también cantor Julio Vega y el pianista Juan Cruz Mateo y luego, ya de regreso en Buenos Aires actuó en compañías teatrales y en emisoras de radio, hasta decidir su retiro definitivo de la actividad en el año 1942.

Además de los versos de El choclo que escribió en las circunstancias ya recordadas, fue el autor de las letras de los tangos de Julio de Caro El monito y Buen amigo, dedicado este último al célebre médico cirujano Oscar Finocchieto.

De todos modos, su poesía tanguera más relevante fue sin dudas la que mostrara en el tango Acquaforte, cuyo origen describió en su libro Sesenta años de tango, escrito en los últimos años de su vida. Allí, Marambio Catán relata que este tema, que musicalizó Horacio Petorossi, el recordado guitarrista que integró entre los años 1932 y 1933 el acompañamiento de Gardel, fue inspirado en un cabaret de Milán, llamado Excelsior, al que concurrieron el autor y el compositor una noche del año 1930, «cuando la atmósfera decadente del lugar reflejaba los efectos de la gran depresión de la economía mundial que había comenzado pocos meses antes». Ese lugar y ese contexto les inspiraron el tema.

«A Milán habían llegado —prosigue el relato— los remezones de la debacle económica de muchas empresas, dejando en la miseria a una incontable cantidad de trabajadores que reclamaban salarios más dignos.» La situación es descripta vívidamente a través de los versos de Marambio Catán, quien la refleja en la figura del «viejo verde que gasta su dinero emborrachando a Lulú con su champán» el mismo que «hoy le negó el aumento a un pobre obrero que le pedía un pedazo más de pan». Benito Musolini, advirtiendo que la letra podía ser interpretada en su contra, ordenó que debía aclararse que era un Tango argentino, pues el dictador creía que el fascismo había eliminado las diferencias sociales. Las primeras grabaciones del tema fueron la de Agustín Magaldi para el sello Brunswick en 1932, y la de Carlos Gardel para Odeón el 2 de febrero de 1933, con las guitarras de Vivas, Riverol, Barbieri y el propio Pettorossi.

Fue por otra parte, uno de los temas que Gardel cantó en radio Carve, en su única presentación en una emisora uruguaya.

El título del tango deriva de una técnica de grabado en hueco, muy usada en las estampas costumbristas, dibujándose con una punta de acero sobre una plancha de cobre cubierta de una sustancia grasosa. Luego el ácido terminará el proceso.

De todos modos, es probable que en este caso el término deba relacionarse con la obra del escritor argentino Roberto Godofredo Arlt, quien desde el año 1928 y hasta 1935 publicó una columna diaria que llamó Aguafuertes porteñas, describiendo una sociedad regida por la desigualdad y la opresión.

La letra de este tango se inscribe así entre las llamadas «sociales o de protesta», en las que se describen las desigualdades e injusticias propias de la «década infame», en la que se contextualizan muchos de esos versos, circunstancia que sin embargo no le acarreó en la Argentina, a diferencia de lo ocurrido en su estreno en Italia, ningún tipo de censura por parte del gobierno que presidía el General Agustín Justo.

Por un lado describía a los «de arriba», entre los que se ubica el ya mencionado «viejo verde» que gasta alegremente su dinero sin importarle la situación social, y por otra parte distintas vertientes del drama de las clases desposeídas, representadas tanto por el pobre obrero, a quien le negó un pedazo más de pan, y la vieja cabaretera que terminó vendiendo flores en la puerta de la sala en la que antes reinara, como las madres que sufren y los niños que venden diarios ganando no más que «dos guitas».

Marambio Catán falleció en Mendoza el 15 de febrero de 1973, a los 77 años de edad.

Casi tres años antes, el día 2 de mayo de 1970, había sido designado académico correspondiente a Mendoza de la Academia Porteña del Lunfardo.

 

Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo II

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