Bandoneonista, director y compositor nacido el 28 de agosto de 1899, en el porteño barrio de Balvanera, si bien luego se lo conoció como El pibe de Flores.
Cuando tenía cinco años de edad, su familia se trasladó al barrio de Almagro, donde transcurrieron los años de su infancia, mudándose luego a Floresta, donde su padre instaló un bar con billares, en cuyo fondo se construyó una cancha de bochas y una tarima en la que se presentaban payadores de la talla de Ambrosio Río.
Escuchando a estos recordados intérpretes de la canción popular, nació en el pequeño Pedro la vocación por la música, por lo que su padre le regaló un acordeón a piano, con el que comenzó a interpretar algunos temas que tocaba de oído.
Trasladada su familia al barrio de Flores, inició estudios de piano, teoría y solfeo en la filial del Conservatorio Williams que funcionaba en ese barrio, siendo su profesora la señora Rosa Shulten.
Tras seis años de estudio, obtuvo su título de profesor superior de teoría y solfeo, al tiempo que seguía ejecutando su viejo acordeón.
En el año 1911, su padre lo llevó al café Garibotto, donde actuaba el ya famoso bandoneonista Juan Pacho Maglio al frente de un pequeño conjunto. El entusiasmo que produjo la actuación de Maglio en el pequeño Pedro lo instó a abandonar el acordeón para iniciar de inmediato sus estudios de bandoneón, tomando lecciones durante un año con José Piazza, veterano intérprete de este instrumento que le enseñaba de oído tangos de Villoldo, Ponzio y Bevilacqua. Maffia para el aprendizaje de su nuevo instrumento adaptó sus ya importantes conocimientos de acordeón.
Luego de recibir durante un año las enseñanzas de Piazza prosiguió los estudios por cuenta propia, adquiriendo una notable digitación como producto de una dedicación intensa al instrumento.
Su debut se produjo en el café El Capuchino de la calle Carlos Calvo entre Boedo y Colombres, integrando un trío junto con el violinista Fausto Frontera y bajo la dirección del guitarrista Justo Rodríguez.
Su primera actuación profesional se produjo un año después, en 1913, presentándose en el circo Fontanella que se había instalado en la calle Rivadavia, integrando un cuartero con el mismo Frontera además del pianista Pedro Ramírez y el violinista José Di Nápoli.
De inmediato, un representante artístico lo llevó a actuar al café La Marina, ubicado en el barrio de la Boca, en el que formó parte de un trío con el Gallego Manuel y Luis Berstein, por entonces guitarrista y luego ejecutante del contrabajo.
Otras presentaciones de Maffia por aquella época fueron las que efectuó en el café Lambaré del barrio de Villa Crespo, integrando un cuarteto dirigido por el violinista Emiliano Costa, y que completaban el flautista Miguel Duca y el guitarrista Ruperto Thompson, quien siguió luego una trayectoria similar a la de Berstein, transformándose en uno de los primeros contrabajistas del tango.
En 1914, actuó en el bar La Venturia integrando un trío llamado Ni Más ni Menos junto con el mencionado Costa y el pianista Sebastián Piana, apodado «El Sordo», padre del que sería el famoso pianista y compositor del mismo nombre.
De dicho local, pasó al café Tontoni, también ubicado en el barrio de Villa Crespo, nuevamente junto al violinista Costa, pero ahora con el flautista Adolfo Pugliese, padre de Osvaldo, y con el guitarrista Domingo Salerno, completando entonces un cuarteto.
En 1915, actuó como bandoneón solista y en ese año se produjo su llegada al centro de Buenos Aires, presentándose en el bar Iglesias de la calle Corrientes, con un conjunto en el que también estaban Adolfo Pugliese, Pascual Cardalópoli, en piano, y Francisco Confeta. Este cuarteto interpretaba también óperas y valses.
A partir de ese mismo año, decidió encarar su actividad en forma individual, trasladándose al sur de la provincia de Buenos Aires, viaje que financió con la ejecución del bandoneón como solista en pulperías, cafés y bailes, además del juego de la taba, en el que era experto desde las épocas del bar de su padre en el barrio de Floresta.
De regreso a Buenos Aires en 1916, se presentó en el café Monterrey de la calle Maipú, en el que reemplazó a Francisco Lomuto. A ese café, fue a buscarlo el pianista José Martínez, quien lo incorporó a un cuarteto que actuaba en el salón Olimpo de la calle Pueyrredón, conjunto que completaban los violinistas Francisco Canaro y Rafael Rinaldi, con quienes permaneció por poco tiempo.
A fines de 1916, decidió reanudar sus aventuradas andanzas por el interior del país, y así fue como en el verano de 1917, luego de presentarse en General Acha y Bahía Blanca, recaló en Punta Alta, en las cercanías de Bahía Blanca, donde también se presentaban por entonces Roberto Firpo y el dúo Gardel–Razzano.
En la ocasión, fue escuchado por el Negro Ricardo, guitarrista de este dúo, quien deslumbrado por el joven bandoneonista decidió presentarlo a Roberto Firpo. Éste luego de una prueba lo incorporó de inmediato a su orquesta.
El ingreso de Maffia significó un cambio fundamental en el estilo interpretativo de la orquesta de Firpo, la que adquirió un ritmo más pausado, mayor propensión a los sonidos ligados y una fuerte musicalidad en la integración de los distintos instrumentos.
Con Firpo, se presentó en los locales Armenonville y el Royal Pigall, por entonces los dos más afamados de la vida nocturna de Buenos Aires y ya en 1918 en una recordada temporada teatral con el sainete Los dientes del perro, de José González Castillo y Alberto Weisbach, que la compañía Muiño–Alippi escenificaba en el teatro Buenos Aires, en el que la orquesta de Firpo interpretaba el tango Mi noche triste, cantado por Manolita Poli.
En 1919, desvinculado temporariamente de Firpo, actuó por un breve lapso con un cuarteto que completaban Julio De Caro, José María Rizutti y el violinista José Rosito en el café El Parque, para reincorporarse poco después a la orquesta de Firpo, actuando en el sainete Cabaret Montmatre, estrenado en el teatro Nacional.
En 1921, la orquesta acompañó a la tonadillera Raquel Meller en el Teatro de la Ópera, en la que fue la última actuación ante el público de Maffia con esta formación, si bien siguió participando en sus grabaciones hasta el año 1927.
De inmediato, integró un conjunto con Samuel Castriota, en piano; Roque Biafore, en bandoneón, y los violinistas Emilio Ferre y Bernardo Germino con el que actuó en Rosario, presentándose luego con otro conjunto en la animación de los bailes del club social Florencio Varela. Integró también la orquesta del pianista José Martínez, conformada por un sexteto de excelentes músicos, que completaban Luis Petrucelli, en bandoneón; Antonio Buglione y Arturo Albruzece, en violines, y Olindo Sinibaldi, en contrabajo, conjunto que actuaba en el cabaret L’ Abbaye y al que el cupo el honor de estrenar tres grandes tangos: La maleva, Negro el veinte y La mariposa, de Buglione, Petrucelli y del mismo Maffia, respectivamente.
En 1922, integró un sexteto que codirigió junto a Luis Petrucelli con el que debutó en el Casino Pigall en el otoño de ese año, estrenando su tango Pobre gallo bataraz además de Cenizas, un muy hermoso tema instrumental perteneciente a quien era el pianista del conjunto, José María Rizutti.
En 1923, formó parte de la orquesta de Ricardo Brignolo, que actuó en los bailes de carnaval en el Pabellón de las Rosas, e integró luego un quinteto junto con Brignolo y Petrucelli y los violinistas José Boltureira y Fernando Franco, bajo la dirección del pianista Eduardo El Chon Pereyra. Actuó luego brevemente con la formación del pianista Juan Carlos Cobián, quien casi de inmediato abandonó su conjunto para viajar a Estados Unidos.
Maffia dirigió luego su propia agrupación en el sainete ¡Pegá, pero escuchá!, estrenado el 22 de septiembre de 1923, en el que daba marco a Ignacio Corsini en la interpretación del tango Practicante.
Llegó así la etapa de su incorporación a la orquesta de Julio De Caro, cuyo antecedente fue la formación de un conjunto por iniciativa de éste y su hermano Francisco para actuar en residencias aristocráticas. Maffia y su íntimo amigo Luis Petrucelli integraron este conjunto de actuación previa a la conformación del célebre sexteto en 1924, y una vez formalizado este último continuaron actuando en él, Petrucelli hasta el año siguiente y Maffia hasta mediados de 1926, ocasión en la que decidió constituir su propia agrupación.
Formaron esta primera orquesta de Maffia, quien la conducía desde su bandoneón; los violinistas Elvino Vardaro y Cayetano Puglisi; Osvaldo Pugliese, al piano; Alfredo De Franco, como segundo bandoneón, y Francisco De Lorenzo, en contrabajo.
Actuando en 1927 en los bailes de carnaval del Centro Eslava, estrenó uno de los tangos más representativos de su estilo: Diablito, comenzando en el mes de marzo de ese mismo año la primera de sus exitosas temporadas en el cine Electric Palace, que continuó en 1938, con la misma formación y el agregado de Carlos Campanole, y prosiguió en 1939, actuando en el cine Hindú. Pero a fines de ese año se desvincularon Pugliese, Vardaro, De Franco y Campanole, e ingresaron en reemplazo de ellos el pianista José Pascual, el bandoneonista Héctor Presas y el violinista Eugenio Nóbile, quienes estuvieron muy poco tiempo con Maffia, dado que casi de inmediato, a partir del 2 de enero de 1930, con una formación distinta a la mencionada el conjunto se presentó en la glorieta Río de la Plata, de la avenida San Martín y Gaona.
Entre otros, estaban en esta nueva orquesta el pianista Eduardo Scalise, el bandoneonista Gabril Clausi, los violinistas Antonio Rodio y Emilio Puglisi y el violoncellista Nerón Ferrazano, manteniéndose solamente De Lorenzo, en el contrabajo.
Luego de una gira por Córdoba, desarrolló una de las últimas temporadas del cine mudo en el cine Alvear, en la que incorporó al cantor Francisco Florentino. Hasta entonces, grababa en el sello Brunswick, y se le da la oportunidad de hacerlo también en forma simultánea en el sello Columbia.
Es en esa época, actuando en el cabaret Pelikan, cuando rescató un tango compuesto alrededor del año 1917 por el ya fallecido violinista Pellegrino Paulos, el que originalmente tenía un extenso título, pero que a partir de la letra que le agregó Luis Rubistein, pasó a conocerse simplemente como Inspiración.
En 1932, su orquesta, integrada entonces por numerosos instrumentistas, animaba espectáculos radioteatrales desde el teatro San Martín.
Sin desmedro de la intensa actividad que por entonces tenía su formación, Maffia, en 1934, integró el Trío de la M, con Carlos Marcucci y Minotto Di Cicco y, en 1935, formó parte de un quinteto denominado Los Ases de Peteco, conjunto que completaba Maffia con los también bandoneonistas Pedro Laurenz, Carlos Marcucci, Ciriaco Ortiz y el pianista Sebastián Piana, al que se agregaba Homero Manzi, por cuya iniciativa se formó el conjunto, a cuyo cargo estaban las glosas.
También en 1935, Maffia y su orquesta realizaron una gira por Chile, actuando en ella Salvador Caló, como pianista; Abraham Leivinson y Leo Lipesker, en violines; Santos Lipesker, por entonces, como clarinetista, y Martín Podestá, como cantor.
En 1936, integró el quinteto denominado Los Virtuosos, junto con Francisco De Caro, en piano; Ciriaco Ortiz y Maffia, en bandoneones, y Julio De Caro y Elvino Vardaro, en violines.
El quinteto, cuyos integrantes fueron seleccionados mediante el voto popular, participó en la película Así es el tango y realizó cuatro grabaciones para el sello RCA Victor: Tierra querida, Chiclana, Un lamento y Boedo, para disolverse en ese mismo año.
Durante estos años de intensa actividad, la orquesta de Maffia también actuó en la célebre película Tango, en 1933; Sombras porteñas, en 1935; Canillitas, en 1936 y posteriormente Turbión, en 1939.
A partir de la década del cuarenta, paradójicamente, con el crecimiento excepcional del género, la actividad de su orquesta comenzó a declinar en forma acentuada.
Maffia comenzó a dedicar sus esfuerzos a la actividad comercial en el ramo de las piedras preciosas en las que también era un experto.
A partir de allí, sólo tuvo con su orquesta un par de actuaciones más, si bien continuó ejerciendo una importante actividad en la docencia musical, dirigiendo durante muchos años junto con Sebastián Piana un conservatorio que habían fundado en el barrio de Almagro.
También en el ámbito de la docencia, en 1954, condujo en el Conservatorio Nacional Manuel de Falla, la primera cátedra de bandoneón en el país, creada en oportunidad de desempeñarse Cátulo Castillo como presidente de la Comisión Nacional de Cultura.
Las últimas actuaciones de Maffia como responsable contratado especialmente para la dirección fueron las que realizó al frente de una orquesta en la que estaban Elvino Vardaro, en violín, y Lalo Scalise, en piano, actuando en el cabaret Tibidado y en la obra musical Juan Tango perteneciente a Germán Ziclis, en colaboración con Sebastián Piana y Cátulo Castillo.
A su vez, la postrera formación propia con la que actuó fue la que conformó en 1959, integrada por Elvino Vardaro, Gabriel Clausi, Enrique Munné, Cayetano Cámara, José Niesow, Aquiles Aguilar, Ernesto Baffa, Domingo Mancuso, Enrique Marchetto, contrabajista de extensa actuación y el cantor Alberto Gómez.
Este último conjunto realizó actuaciones en radio Belgrano y grabaciones para el sello TK.
Maffia se despidió de la actividad definitivamente actuando en la película documental titulada Fueye querido, filmada en el año 1966. En ella, interpretó en solos de bandoneón sus tangos Se muere de amor y Heliotropo, éste, el último de los tangos de su fecunda inspiración.
Refiriéndonos precisamente a su labor como compositor, la misma se había iniciado en el año 1918 con el tango Pelele, al que le siguió en 1920 La mariposa, con letra de Celedonio Flores, para luego sucesivamente escribir Noche de Reyes, inspirada melodía que enmarca una trágica historia relatada en los versos de Jorge Curi, que Gardel popularizó llevándola al disco el 22 de octubre de 1927, acompañado por las guitarras de Barbieri y José Ricardo. Este tango obtuvo el primer premio en el concurso de discos Odeon organizado por Max Glücksmann, galardón que también alcanzó con los tangos Te aconsejo que me olvides, también con letra de Jorge Curi, y Arco Iris, escrito en colaboración con Sebastián Piana. El primero de ellos inició su extensa lista de grabaciones con la realizada por Gardel el 11 de octubre de 1928, acompañado por las guitarras de Ricardo, Barbieri y Aguilar. Luego, Fiorentino lo llevó al disco en dos oportunidades como cantor de las orquestas de Aníbal Troilo y Alberto Mancione, el 16 de abril de 1941 y el 29 de diciembre de 1950, respectivamente.
Taconeando y Ventarrón, escritos con dos años de diferencia uno de otro, fueron también galardonados con un primer premio, es este caso en sendos concursos organizados en el teatro Colón. Ambos, con letra de Héctor Staffolani, fueron estrenados en el disco por Gardel, el primero con el marco musical de la orquesta de Francisco Canaro en registro realizado el 26 de octubre de 1931, y el segundo con el acompañamiento de las guitarras de Petorossi, Barbieri, Riverol y Vivas, el 15 de febrero de 1933.
De estas dos hermosas melodías, hay una innumerable cantidad de versiones grabadas, tanto con canto como instrumentales. Entre estas últimas, es muy recordado el registro de Ventarrón realizado el 28 de julio de 1950 por la orquesta de Alberto Mancione para RCA Victor con arreglo del propio Mancione, como asimismo el de Taconeando, legado de la orquesta de Osvaldo Pugliese para el sello Phillips, cuando ya se despedía de esta casa en septiembre de 1970.
A los mencionados, siguió ¿Por qué no has venido?, tango que lleva letra de Alfredo Navarrine y que fue llevado al disco por Julio Martel en dos oportunidades: como cantor de la orquesta de Alfredo De Ángelis y posteriormente en su etapa de solista.
Compuso seguidamente los instrumentales Pura maña, Púa brava, Piba boba y Diablito, escrito en el año 1927, el que según el doctor Luis Adolfo Sierra es el más representativo del estilo compositor e interpretativo de Maffia.
Luego dio a conocer entre otros temas, ¿Cuándo volverás?, Se muere de amor, Mangangá, el instrumental Tiny, Sentencia, Abandono, Cornetín y No aflojés.
Tiny, compuesto en colaboración con Julio De Caro, tiene entre sus distintas versiones en disco la realizada por la orquesta de Osvaldo Pugliese el 18 de diciembre de 1945.
Por su parte, Sentencia, cuya letra pertenece a Celedonio Flores, fue llevado al disco en versión instrumental por el sexteto de Julio De Caro el 15 de noviembre de 1926. Posteriormente, las orquestas de Alfredo De Ángelis y Osvaldo Pugliese también lo hicieron, ambas para el sello Odeon, en versiones cantadas por Carlos Dante y el santafesino Ricardo Mediana, respectivamente.
Abandono se estrenó en el disco a través de la versión grabada por Mercedes Simone para el sello Odeon con acompañamiento del trío Típico que conducía desde el piano Sebastián Piana el 28 de marzo de 1938. Se trata de una hermosa melodía a la que acompañan inspirados versos de Homero Manzi.
Cornetín, cuya letra escribieron Cátulo Castillo y Homero Manzi, fue llevado al disco para la casa RCA Victor por la orquesta de Carlos Di Sarli con la voz de Roberto Rufino, en una recordada versión realizada el 5 de marzo de 1943.
No aflojés, escrito en colaboración con Sebastián Piana, con versos de Mario Batistella, fue la primera grabación del binomio Ángel D’ Agostino y Ángel Vargas, realizada para RCA Victor el 13 de noviembre de 1940. Vargas lo registró nuevamente en su etapa de solista, acompañado por el trío dirigido por Alejandro Scarpino, el 13 de septiembre de 1954.
Se muere de amor, tango con versos de Cátulo Castillo, fue grabado en el año 1953 por la orquesta de Carlos Di Sarli con la voz de Mario Pomar para el entonces recién llegado al país sello Music Hall.
Mangangá, nuevamente con letra de Cátulo Castillo, fue editado el 23 de noviembre de 1971 para el sello Odeon por Miguel Montero en su etapa de solista, acompañado por guitarras.
La biaba de un beso, Sombras porteñas, Chantilly, Turbión, Juan Tango, Llanto y Heliotropo, ya recordado como el último de su producción, constituyen otros títulos demostrativos de su inspiración.
En cuanto a su discografía, la misma se inició en el sello Brunswick con el tango de su pertenencia Piba boba, registrando para el mencionado sello un total de setenta temas, el último de los cuales fue Dulce porteña; con la voz de Luis Díaz.
A su vez en el sello Columbia, al que se incorporó cuando aún estaba grabando para Brunswick, registró setenta y seis temas, comenzando con el tango Lindo varón y despidiéndose con el vals La serenata del ayer, vocalizado por Rafael Cisca.
Grabó luego cuatro temas para el sello RCA Victor (No aflojés, De tu casa a mi casa, A través de los años y Juan Manuel), cuatro también posteriormente para el sello Odeon (Sombras porteñas, Maipo, La mariposa y Adiós pampa mía), finalizando su actividad en el disco con los ocho temas que grabó en el año 1959 para el sello TK, cuatro de ellos instrumentales (El Marne, El estagiario, Tinta verde y Pimienta) y cuatro con la voz de Alberto Gómez (Milonga que peina canas, Orgullo tanguero, Duelo criollo y Nocturno a Rosario), totalizando así ciento sesenta y dos grabaciones al frente de su orquesta.
A ellas, deben agregarse doce más realizadas como integrante de sendos dúos de bandoneones. Uno de ellos fue el que conformó con Pedro Laurenz, con el que editó ocho temas para el sello RCA Victor y el otro con Alfredo De Franco, registrando con él los cuatro temas restantes, en este caso para el sello Odeon. De estos últimos, se destaca una magnífica versión de Noche de Reyes, que permite disfrutar la belleza de la melodía creada por Maffia.
En la discografía de su orquesta, contó con la colaboración de los vocalistas Luis Díaz, quien participó en veinticinco grabaciones, Carlos Viván, quien lo hizo en cinco, Roberto Maida, en dos ocasiones, al igual que el ex boxeador Félix Gutiérrez y Mariano Balcarce, cantor que era hijo de Juan Beltramino, compositor del tango Joaquina.
También fueron sus cantores Pedro Lauga, quien al mismo tiempo que desarrollaba su tarea de cantor se desempeñaba como funcionario del Ministerio de Guerra, y Martín Podestá —ambos grabaron un tema cada uno—; por su parte, Francisco Florentino participó en catorce registros discográficos; Rafael Cisca lo hizo en ocho y, finalmente, Alberto Gómez realizó las grabaciones ya mencionadas en el año 1959. Un año después de su participación en la película Fueye querido, Maffia fallecía. Era el 16 de octubre de 1967 y tenía entonces 68 años de edad.
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo II
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