Héctor Mauré - Biografía


Vicente José Falivene, tal su nombre real, nació en el barrio de Palermo en Capital Federal, el 13 de marzo de 1920.

Luego de cursar la escuela primaria, desempeñó distintas tareas para ayudar al sustento de su familia, y a los 16 años debutó como cantor aficionado en el café Río de la Plata, ubicado en la avenida Gaona al lado del cine del mismo nombre.

Actuó allí durante tres meses, acompañado por un dúo de guitarristas, que luego transformado en trío lo acompañó en presentaciones realizadas en un festival en el cine Argentino, situado en la avenida Santa Fe al 4800.

En 1937, practicaba boxeo en el Boeing Club Colegiales, sosteniendo combates con púgiles que luego alcanzaron fama, la misma que él pretendía alcanzar en esa actividad. Sin embargo, un fuerte golpe recibido en una pelea celebrada en ese año puso en peligro su vida y lo alejó definitivamente del deporte de los puños, volviendo entonces a su otra pasión, el canto.

Así fue como, todavía con su nombre verdadero, en ese mismo año se presentó en un concurso de cantores organizado por radio Belgrano, resultando ganador del mismo, lo que le reportó firmar un contrato para actuar durante seis meses en dicha emisora.

Por entonces, había ingresado como alumno de canto a la Primera Academia Argentina de Interpretación, recordado instituto que dirigía Luis Rubistein, continuando así estudios que años antes había iniciado en el Conservatorio del bandoneonista Gabriel Clausi.

El concurso ganado en 1937 constituyó un respaldo fundamental para la continuidad de su carrera, y así fue que al año siguiente se sucedieron sus actuaciones en las radios Palacio, Belgrano, Porteña y Mitre, siendo ahora presentado como Tito Falivene, es decir utilizando su sobrenombre familiar.

Continuaron sus presentaciones radiales en los dos años siguientes, aunque algo más espaciadas que las realizadas en 1938, destacándose su actuación durante quince días del mes de agosto de 1940 como vocalista de la típica de Alberto Pugliese, hermano de Osvaldo, con la que se presentó en audiciones en radio Cultura.

A fines de este año, y luego de una rigurosa selección entre varios postulantes, ingresó a la orquesta de Juan D’ Arienzo, con quien debutó en el cabaret Chantecler, para hacerlo también en el disco el 12 de diciembre con el vals Flor del mal, en lo que para el cantor era su primera grabación, a la que le siguió otra, el vals Miedo, registrada el 30 de ese mismo mes.

A partir de su arribo a la orquesta de D’ Arienzo, comenzó a utilizar el nombre artístico con el que lo conocería definitivamente, el que le fuera asignado por el propio director sobre la base del apellido de la esposa de éste, Maure, sin el acento final que agregó al seudónimo del cantor procurando una mejor cacofonía.

Su actuación en la orquesta del Rey del Compás se prolongó hasta el mes de septiembre de 1944, habiendo dejado registrados en discos de la rca cincuenta grabaciones.

La última de ellas, el tango Amarras, se realizó el 21 de julio de este último año y entre otras, se recuerdan especialmente Sobre el pucho, El olivo, Cuatro palabras, Claudinette, Cicatrices, Arlette, Uno, Lilian y la milonga candombe de Tití Rossi y Ricardo Thompson titulada Tabú.

Desvinculado de D’ Arienzo, dio comienzo a fines de ese mismo año a su extensa carrera como cantor solista, prolongada por treinta y un años y medio, hasta el mismo mes de su fallecimiento.

Su primer conjunto fue dirigido por el bandoneonista Alberto Cima, a quien acompañaban Manuel Daponte y Domingo La Rosa en la fila de bandoneones; José Stilman Víctor Braña y Ernesto González, en violines; Humberto Gurí, en contrabajo, y el experimentado pianista José Canataro.

Su actividad entre los años 1945 y 1950 fue muy intensa y exitosa, con innumerables presentaciones en emisoras radiales, confiterías y bailes, prolijamente detalladas por Eduardo Visconti en su libro dedicado a este cantor.

También fueron importantes sus giras por el interior del país, registrando también actuaciones en Montevideo en 1946 y en 1948.

Sin embargo, en todos esos años no accedió a los estudios de grabación, existiendo sólo registros de tomas de audiciones radiales, valiosas piezas que se encuentran en poder de algunos coleccionistas.

Recién grabó su primer disco como solista en el mes de agosto de 1950, cuando acompañado por el conjunto de guitarras integrado por Basile, Barone y Casella, registró para el sello Orfeo de reciente creación, los tangos Secreto y Remembranzas.

Mauré permaneció vinculado a este sello hasta octubre de 1954, registrando cuarenta y dos temas, junto a su conjunto de guitarras, seis con el marco orquestal de la formación de Juan Sánchez Gorio, la que también integraba el catálogo de dicho sello, y dos —la canción El rosal de los cerros y el tango Si tuviera 20 abriles— secundado por un grupo de guitarras dirigido por Roberto Grela, quien así volvía al tango luego de una década de actuación en otros géneros musicales.

Todos estos registros fueron publicados en discos de pasta de 78 revoluciones, a razón de dos por disco.

En noviembre de 1954, CBS Columbia adquirió al sello Orfeo, por lo que Mauré pasó a formar parte del catálogo del sello adquirente, en el que permaneció hasta agosto de 1956. El total de sus registros en esta etapa alcanzó a veinte, publicados también en diez discos de pasta.

Las ocho primeras grabaciones se efectuaron con acompañamiento de las guitarras de Gasparini, Velásquez, Soulé y Olivera, y luego con el marco de varias orquestas: la de Héctor Varela, con la que editó ocho temas, entre ellos No mientas, Demasiado tarde y Amarras; la de Juan Sánchez Gorio, con la que registró Dejame vivir mi vida y Ciego, ambos el 12 de agosto de 1955, y con la de Carlos Demaría grabó las que fueran sus últimas versiones para este sello: los tangos Linda y El tango no tiene contra, el 14 de agosto de 1956.

A partir de 1957, comenzó a grabar para el sello Odeon, acompañado nuevamente por la orquesta dirigida por el bandoneonista Carlos Demaría, con quien registró ocho temas para ser publicados en cuatro discos. Empezó el 10 de enero con los tangos Tuya y Ríe payaso, continuó el 14 de marzo con Aquel nocturno —tema de Daniel Álvarez que a la postre fue uno de sus grandes éxitos— y Mi ayer; el 5 de julio con Por limosna no y Mientras viva —también un señalado suceso de Mauré—, y finalmente el 13 de septiembre con Y decime qué pasó y Reflexionemos.

Para el mismo sello grabó el 10 de julio del año siguiente, ahora junto con la orquesta dirigida por Pascual Elía, los tangos Fue tu amor, perteneciente al propio Mauré con letra de Claudio Gorno, y Que camine sola, con música de Cristóbal Ramos y la curiosa letra de Francisco De Val por el grado extremo de rencor que ella contiene, circunstancia que no impidió que su interpretación fuese también muy reconocida por el público.

A partir de 1959 sus grabaciones continuaron siendo realizadas para el sello Odeon, pero ahora acompañado por un conjunto dirigido por Pascual Elía, quien también ejecutaba el bandoneón, e integrado por los guitarristas José María Salinas —reemplazado en las cuatro últimas grabaciones por Juan Carlos Gorrias—, Juan Pedro Soulé y Juan Carlos Olivera y el contrabajista Alberto Sculco.

Con este marco de músicos, Mauré efectuó treinta y seis grabaciones, entre el 12 de marzo de 1959, fecha a la que corresponden los registros del tango Corazón cobarde y del bolero español Camino verde, hasta el 16 de abril de 1963, día en el que grabó No nos veremos más, conocido tema de Luis Stazzo y Federico Silva, y el vals Quemá esas cartas, no menos difundida composición de Alberto Cosentino y Juan Pablo López.

Desvinculado de Odeon, el 13 de diciembre de ese mismo año, Mauré inició su última etapa de grabaciones, esta vez en el sello Music Hall, acompañado en la ocasión por la orquesta dirigida por Lito Escarso, quien también se encargó de los arreglos, dejando registros de los tangos Los mareados y Carta para René, editados en un disco 33 simple.

Al año siguiente, con el mismo acompañamiento y arreglos, grabó un disco larga duración que tuvo muy buena acogida del público, publicado bajo el título de Barrio reo, en el que se incluyeron doce temas: el que dio origen al título del álbum, además de Indiferencia, Gólgota, Íntimas, La mesa del tango —excelente aunque no muy difundido tema de Leopoldo Díaz Vélez—, Paciencia, Desaliento y Ya vuelvo, entre otros.

En octubre de 1966, grabó otro long play, contando nuevamente con la dirección y arreglos de Lito Escarso. En esta oportunidad, el álbum fue publicado bajo el título de Tangos para escuchar en silencio, y entre sus doce temas se incluyeron muy buenas interpretaciones de Soledad y Sus ojos se cerraron, clásicos de Gardel y Le Pera, además de Al pie de la Santa Cruz, No me pregunten por qué, Aquellas cartas, Mi dolor y un por entonces nuevo tema de Osvaldo Avena y Héctor Negro titulado Un mundo nuevo, cuyos versos eran muy acordes al espíritu contestatario de esa década.

El tercer trabajo para el sello Music Hall fue un álbum grabado en el mes de mayo de 1968, junto a la agrupación dirigida y orquestada por Jorge Dragone. En este disco, al que se los tituló Temple de tango, Mauré cantó Caña, Quiero verte una vez más, Victoria, Uno, Canción desesperada, Amor de marinero, Sueño de juventud, Dicha eterna, Tarde, Almagro y dos temas que habían formado parte dos años antes de la producción de Ben Molar titulada Los catorce con el tango. Ellos fueron Alejandra, perteneciente a Aníbal Troilo y Ernesto Sábato, y Con un silbido en el bolsillo, de Julio De Caro y Nicolás Cócaro.

También con el marco de la orquesta dirigida por Jorge Dragone, Mauré grabó para el mismo sello los siguientes discos larga duración: Garra de tango, editado en agosto de 1969, en el que incluyó algunos clásicos como Condena, Ninguna y Arrabal amargo, junto a algunos otros temas que ya había grabado con anterioridad como Que camine sola y El olivo.

A ese trabajo discográfico, le siguió Al tango lo cantó así, en el año 1971, en el que registró nuevamente dos clásicos de Gardel y Le Pera: Golondrinas y Volver, además de reconocidas interpretaciones de Las cuarenta, Piedad, Mano cruel y Margaritas, entre doces temas.

En ese mismo año, se publicaron otros dos larga duración más, destacándose en el primero de ellos los temas En esta tarde gris, Lilian, Desdén, Olvido y Cuesta abajo y en el último El día que me quieras, Tu pálido final, Yo te bendigo, Por una cabeza y Rencor.

Siempre con la dirección y arreglos de Jorge Dragone, en 1973 se dio a conocer otro long play, conformado entre otros temas por Ninguna, Nuestra última partida, Cortejo de mentiras y Humillación, este último grabado treinta años antes cuando era cantor de D’ Arienzo.

También en 1973, pero esta vez con dirección y arreglos de Leopoldo Federico grabó ocho temas, los que junto con otros cuatro grabados en el mismo año con el acompañamiento de un conjunto dirigido por Pascual Elía y que completaban cuatro guitarristas y el contrabajista Norberto Samonta, dieron lugar a la publicación de otro disco larga duración.

Además, el 28 de julio de ese mismo año con la orquesta de Roberto Montiel en dirección y arreglos, grabó dos marchas de índole política en apoyo al general Perón, quien estaba próximo a reasumir como presidente luego de la renuncia del doctor Héctor Cámpora dos semanas antes de esas grabaciones.

Finalmente, entre el 20 de noviembre de 1974 y el 18 del mes siguiente, nuevamente con dirección y arreglos de Leopoldo Federico grabó once temas, los que se publicaron en un long play titulado Héctor Mauré le canta a Buenos Aires, últimas grabaciones que realizó para el sello Music Hall, con el que estuvo vinculado un lapso de once años.

Desde entonces ya no regresó más a los estudios de grabación, pero continuó desarrollando una intensa actividad artística.

Así, como lo venía haciendo ininterrumpidamente desde hacía diez años, en 1975 continuó actuando en el local El Rincón de los Artistas, además de efectuar frecuentes presentaciones en otros escenarios del país y del Uruguay.

En diciembre de ese año, concomitantemente con su presentación en El Rincón de los Artistas, actuó acompañado por Pascual Elía en La Casa del Zorzal y realizó también una serie de exitosas actuaciones en Montevideo y en Piriápolis entre el 4 de febrero y el 9 de marzo del año siguiente.

A principios de abril, actuó en un local de la localidad de Bécar y ya en el mes de mayo, se presentó en la localidad en la que residía, Ituzaingó, situada al oeste del Gran Buenos Aires, y en la ciudad de La Plata.

Su última actuación en público fue la realizada el día 9 de ese mes en El Rincón de los Artistas.

Tres días más tarde de esa postrera presentación, falleció imprevistamente a raíz de un infarto en su casa de Ituzaingó. Tenía entonces 56 años de edad.

 

Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo II

biografia hector maure

Comentarios