Esta importante, y al mismo tiempo por algunos discutida figura de la música ciudadana, nació en el barrio porteño de Barracas el 7 de octubre de 1902.
El origen de la polémica que su nombre ha suscitado entre algunos estudiosos del tango se suscita fundamentalmente por su acercamiento a otras formas de la música, como la producción de jingles comerciales y su notoria vocación por la música festiva de fácil aceptación popular.
De todos modos, su aporte al tango como inspirado compositor y autor es innegable, y los títulos que recordaremos en esta reseña seguramente han de permitir ratificar esta afirmación.
Su primera actividad profesional se remonta al año 1923, cuando escribió el guión del sainete La fuga de los catorce, en el que también se desempeñó como actor, bajo la dirección de Oscar Migone.
En 1926, produjo su primer tango. El tema con cuya música y letra debutó como compositor en el género fue nada menos que No te engañes corazón, que Ignacio Corsini estrenó inmediatamente en el sainete La vida comienza mañana, que bajo la dirección de Pablo Suero se escenificó en el teatro Apolo. El mismo Corsini llevó al disco esta primera composición de Sciammarella el 7 de junio de 1927.
El fulminante éxito del tema fue recogido por Gardel, quien lo grabó con el acompañamiento de las guitarras de José Ricardo y Guillermo Barbieri el 26 de junio de 1928, registro que repitió con el mismo acompañamiento el 6 de julio de ese mismo año, al parecer disconforme con su trabajo anterior.
No te engañes corazón tuvo luego otras recordadas versiones discográficas, como la realizada por la orquesta de Florindo Sassone con el cantor Jorge Casal el 4 de octubre de 1949 y la de Alberto Morán con el marco musical dirigido por Armando Cupo el 26 de agosto de 1954, en la que fuera la primera grabación de Morán cuando desvinculado de Osvaldo Pugliese, inició su etapa de solista.
A poco de este exitoso punto de partida de su carrera como compositor, Rodolfo recurrió a la colaboración de Enrique Cadícamo para que pusiera versos a sus inmediatas producciones: Vieja recova, Dos en uno y Che Bartolo, los que también contaron con el invalorable respaldo de ser grabados por Gardel.
Con los años, Vieja Recova y Che Bartolo fueron llevados al disco por distintos intérpretes.
Así, por ejemplo, Vieja Recova fue uno de los ocho temas que el maestro Osvaldo Pugliese grabó con la voz de Jorge Vidal, y Che Bartolo cuenta con registros de la Orquesta del 46 de Astor Piazzolla y más adelante de Tita Merello, en una recordada versión registrada el 22 de octubre de 1969, última de las realizadas por Tita con el marco orquestal dirigido por Carlos Figari.
A estos temas, le siguieron de inmediato otros títulos cuya sola enunciación continúa reflejando el éxito que Sciammarella obtuvo desde sus mismos inicios.
Así, poco después dio a conocer la exquisita melodía de ¿Por qué te has ido?, para luego en 1928 la de ¿Por qué me das dique?, con letra de Luis Arnoldo Alonso, que además de la grabación de Gardel realizada el 1° de marzo de 1929 para el sello Odeon, tuvo en el año 1951 un recordado registro para ese mismo sello de la orquesta de Alfredo De Ángelis, con la voz de Oscar Larroca.
Asimismo, muy recordada es otra de sus producciones de 1928, el tango cuya música y letra son de su pertenencia, Llevátelo todo, que también en 1951 llevó al disco De Ángelis con Larroca, sin olvidar que poco antes, el 24 de noviembre de 1950, para ese mismo sello, lo había grabado Osvaldo Pugliese con su cantor Alberto Morán.
Pugliese y Morán también registraron el 29 de marzo de ese año 1950 Hacelo por la vieja, otra de las composiciones de Sciammarella, en este caso en colaboración con el cantor y compositor Carlos Viván, producción que data del año 1929.
Tanto Llevátelo todo como Hacelo por la vieja habían sido estrenados en sus mismos años de composición por Azucena Maizani y Carlos Viván, respectivamente, en el caso de este último en el teatro Smart.
También de ese año es Sos una maquieta, cuya letra pertenece a Enrique Maroni. Fue grabado por el sexteto de Carlos Di Sarli con la voz de Santiago Devín a fines de ese mismo año.
Al año siguiente, producida la caída del gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen, el día 6 de septiembre, en el teatro Maipo se estrenó la revista Chau correligionarios, en la que Tania, ex cupletista española y ya por entonces cantante de tangos y esposa de Enrique Santos Discépolo, estrenó Quién hubiera dicho, con música de Rodolfo y letra de Luis César Amadori.
Ángel Vargas con el acompañamiento de la orquesta dirigida por Eduardo Del Piano el 4 de julio de 1949, y la Orquesta Símbolo Osmar Maderna con la voz de Adolfo Rivas en el año 1953, realizaron excelentes grabaciones de Quién hubiera dicho. También, el tema se constituyó una de las grandes creaciones de Julio Sosa, quien lo grabó el 4 de octubre de 1955 cuando se desempeñaba como cantor de la orquesta de Armando Pontier.
Otras producciones de Sciammarella correspondientes a los años de la década del treinta fueron No quiero verlo más, en colaboración con el cantor Armando Barbé, tango estrenado por Amanda Ledesma en la película Dancing, y Tengo fe, con letra de José María Chapetti, temas que aunque originalmente obtuvieron mucho suceso, posteriormente no trascendieron en el tiempo como en cambio sí ha ocurrido con la mayoría de sus anteriores producciones.
Lo mismo ocurrió con Parece mentira, tango con agradable melodía del violinista italiano Antonio Rodio para el que Sciammarella escribió la letra.
El tema fue grabado sólo por el propio Rodio al frente de su orquesta, con la voz de Antonio Serna, el 18 de julio de 1944.
Distinta fue la suerte de No quiero verte llorar, escrito en colaboración con Agustín Magaldi, quien lo grabó el 15 de junio de 1937 y perduró luego en la voz de numerosos intérpretes.
También en 1937, compuso la hermosa melodía de Adiós Buenos Aires, tango que lleva versos de Leopoldo Torres Ríos y que fuera grabado por la Orquesta Típica Victor con la voz de Ángel Vargas el 3 de febrero de 1938.
Muy importante fue también la recepción que tuvo en el público Qué fácil es decir, con letra de R.F. De Olivera, a quien apodaban Tabanillo. El tema fue estrenado en la revista El tango también da rango, y años más tarde se constituyó en uno de los grandes éxitos de Alberto Morán, quien lo grabó acompañado por la orquesta dirigida por el pianista Armando Cupo, como también lo hiciera con Arrepentido, con música y letra que Sciammarella escribiera poco después que el tema anterior, y que fue dado a conocer por Libertad Lamarque en el film Ayúdame a vivir.
A partir de esta vinculación con esta cancionista, se produjo el acercamiento de Sciammarella con el director Alfredo Malerba, esposo de Libertad, con quien compuso un tango que representó un notable éxito en la voz de esta última: Besos brujos.
También le pertenecen Necesito olvidar, Mi piba —con letra de Manuel Romero —, y las milongas Entre pitada y pitada y Cuando un viejo se enamora, ambas grabadas por la orquesta de Carlos Di Sarli, la primera con la voz de Alberto Podestá el 30 de marzo de 1942 y la segunda con la de Roberto Rufino el 29 de julio de ese mismo año.
Di Sarli, nuevamente con el cantor Alberto Podestá, grabó el 13 de abril de 1944 otra excelente composición cuya música y letra le pertenecen a Sciammarella, el tango Otra noche.
Entre otras de sus producciones, no pueden dejar de mencionarse además Flor de amigo, tango que también llevó al disco la orquesta del Señor del Tango, cantando en este caso Mario Pomar, y De igual a igual, del que se registran tres grabaciones de la orquesta de Alfredo De Ángelis y una de la de Ángel D’Agostino con la voz de Ángel Vargas, realizada el 2 de noviembre de 1945.
Luego de varios años en los que no produjo éxitos del calibre de los enunciados anteriormente, en 1949 dio a conocer Por cuatro días locos, tema que grabado por Alberto Castillo se transformó en una de las melodías más populares de le época.
Al escuchar por primera vez esta grabación, el propio compositor manifestó que sin dudas ése sería uno de los grandes éxitos de toda su producción. El pegadizo estribillo sirvió incluso como jingle para publicitar productos tales como aspirinas y espirales para mosquitos, con las obvias adecuaciones de la letra.
La producción de Sciammarella alcanza a alrededor de noventa composiciones registradas en SADAIC. Entre ellas, sus participaciones únicamente en calidad de letrista incluye títulos como Yo soy feliz, No lo puedo creer, Para qué ser bueno, Vidas marcadas, Zarpazos, Arrepentido, Mal amigo, Si tuviera plata, ¿Para qué?, Tu vida es mi vida, Ayudá a tus viejos, Boca Juniors, Virgencita de arrabal, Mucha cancha, Amor con amor se paga y los boleros Quiéreme y Ay, qué difícil.
El cine no fue ajeno a la intensa actividad autoral de Sciammarella. A lo largo de su extensa trayectoria participó en la composición de parte o toda la música de alrededor de setenta películas, entre ellas melodías que se interpretaron en Ambición, Luna de miel en Río, El sobretodo de Céspedes, El astro del tango, Los muchachos se divierten, Isabelita y Cita en lo frontera, film en el que el cantor Francisco Amor estrenó otro de los perdurables éxitos de Sciammarella: el vals Salud, dinero y amor, el mismo que suele cantarse aún hoy en infinidad de fiestas y celebraciones de todo tipo.
También de su inspiración, es la música de los films Yo quiero ser bataclana, Los muchachos se divierten, Melodías de América, Ven mi corazón te llama y Al compás de tu mentira, este último precisamente el título de otro de sus grandes tangos, del que existe una excelente grabación realizada el 2 de febrero de 1950 para el sello RCA Victor por la orquesta de Osmar Maderna con la voz de Pedro Dátila, quienes lo interpretan en el aludido film.
Es insoslayable en toda mención a este auténtico personaje del cancionero popular, la referencia a su producción de jingles comerciales y políticos. Entre los primeros, se recuerdan inspiradas apelaciones a la compra de determinadas marcas de cigarrillos, heladeras, remedios, jabones, ropa impermeable y de trabajo y muchos otros productos.
Entre los segundos, su estreno data de 1928, cuando creó la canción que instaba a votar a Hipólito Yrigoyen y siguió luego creando sus apelaciones a favor de candidatos socialistas como Alfredo Palacios, Carlos Sánchez Viamonte y Nicolás Repetto; de Juan Domingo Perón en las elecciones de 1946, y Ricardo Balbín y Arturo Frondizi, enconados adversarios en los comicios de febrero de 1958, para quienes sin embargo escribió sus respectivas propuestas musicales.
Más, tarde, prestó sus servicios a varios postulantes a la presidencia de la Nación en las elecciones del 11 de marzo de 1973, sobre los que nos referiremos al final de esta reseña.
También su inspiración estuvo al servicio de políticos de otros países, como los brasileños Jubelino Kubischek, bajo cuya presidencia se construyó la ciudad de Brasilia, y Aldhemar de Barro, el colombiano Laureano Gómez, el uruguayo Luis Alberto de Herrera y, nada menos, el norteamericano Richard Nixon quien lo contrató para hacerse conocer ante los votantes hispanoparlantes cuando en 1968 se postuló en la campaña presidencial que finalmente lo consagró presidente de Estados Unidos, sucediendo a Lyndon Johnson.
A su extensa producción cabe agregar un libro de poesías titulado como su famoso vals Salud, dinero y amor.
En 1961 viajó a México y luego a España, donde estuvo radicado durante toda la década de los años sesenta. Allí, ganó el Festival de la Canción de Benirdom con la canción Naná marinera.
De regreso en el país, en el verano de 1973 fue entrevistado por la revista semanal de actualidad Gente. El tema de la entrevista giró acerca de la proverbial inspiración de Sciammarella para la composición de jingles, tanto destinados a publicitar productos comerciales como a candidatos de las campañas políticas, tema que en ese verano era de rigurosa actualidad, dado que estaba en pleno desarrollo la campaña que culminaría el 11 de marzo con las elecciones presidenciales que consagrarían a los candidatos del Frente Justicialista de Liberación Nacional, doctores Héctor Cámpora y Vicente Solano Lima, como presidente y vicepresidente de la Nación, respectivamente.
Lo curioso es que Sciammarella manifestaba en ese reportaje que había ideado tanto el pegadizo jingle de la mencionada fórmula, como también el no menos recordado que postulaba a una coalición que bajo la denominación de Nueva Fuerza postulaba al empresario Julio Chamizo, cuya ideología liberal estaba por supuesto en las antípodas de la fórmula finalmente triunfadora.
También otro candidato en esa contienda, el recordado Francisco Paco Manrique contó con otra de las producciones musicales de Sciammarella para promocionar su candidatura. Manrique era uno de los postulantes a la presidencia de la Nación que tenía el respaldo del gobierno militar saliente, encabezado por el general Lanusse.
Precisamente, en ese reportaje, Sciammarella estimó en alrededor de setecientos su producción en esta modalidad musical con fines promocionales, ya sea comerciales o políticos.
A pocos meses de esta entrevista, el 24 de junio de ese mismo año, Sciammarella falleció. Tenía entonces 70 años de edad.
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo III
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