Francisco Rotundo - Biografía

Pianista, director y compositor nacido en el barrio de Belgrano de Capital Federal el 4 de noviembre de 1919.

Hijo de un importante empresario de la ciudad, a quien no dejó de acompañarlo en esas actividades comerciales, pronto se sintió fuertemente atraído por la música y en especial por el tango, iniciando desde niño sus estudios de piano y dirección orquestal.

En 1936, con sólo dieciséis años de edad dirigió su primera orquesta, debutando en el salón de la Sociedad Savarece, contando como vocalista con Leopoldo Díaz Vélez, sólo dos años mayor que él. Como arreglador y primer bandoneón del conjunto, se desempeñaba Atilio Casuriaga, un músico de más edad que los restantes integrantes de la agrupación, aportando así la necesaria dosis de experiencia a la actividad de la misma, como lo señala en sus recuerdos el mencionado Díaz Vélez.

1947 fue un año importante en la trayectoria de Rotundo como director, dado que se incorporaron a su orquesta dos vocalistas con importante trayectoria: Mario Corrales, quien no alcanzó a grabar con la agrupación, y en especial el uruguayo Enrique Campos, quien acababa de alejarse de la orquesta de Ricardo Tanturi, con la que había desarrollado una consagratoria performance. La orquesta y sus cantores actuaron exitosamente en el café El Nacional y ante los micrófonos de radio Splendid.

Finalizadas estas actuaciones y ya promediando ese mismo año, Corrales se incorporó a la orquesta de Osmar Maderna. Campos, por su parte, continuó vinculado un tiempo más con Rotundo, actuando también en radio El Mundo, el cabaret Empire, las confiterías Montecarlo y Trocadero, y el café Garay, además de amenizar bailes de clubes y giras por diversas localidades del interior del país.

En 1948, se produjo la que sería la primera desvinculación de Campos de esta orquesta, sin haber concretado por entonces todavía ninguna grabación, ingresando entonces como cantores Carlos Roldán y Floreal Ruiz, recientemente desvinculado de Troilo.

Ruiz fue el cantor de más extensa trayectoria en la orquesta de Rotundo, con la que grabó un total de veinticinco temas para los sellos Odeon y su subsidiario Pampa, incluyendo en este caso uno a dúo con Enrique Campos al que luego se hará referencia.

La primera versión grabada por el Tata con Rotundo fue el tango Sur, registrado el 14 de diciembre de 1948, meses después que el compositor de su bella melodía, es decir Aníbal Troilo con la voz de Edmundo Rivero lo estrenara en el disco en una muy difundida versión efectuada el 23 de febrero de ese mismo año.

Las últimas grabaciones de Ruiz con la orquesta de Rotundo, realizadas ya en la etapa correspondiente al sello subsidiario Pampa, tuvieron lugar el 25 de agosto de 1955, fecha en la que llevaron al disco los tangos Un remordimiento y Mi rebeldía.

Roldán, por su parte, dejó grabados los temas Serenata de candombes, Seguí mi consejo, El pollero, Bien pulenta y la milonga festiva El vinacho, entre otros temas.

Al retirarse Roldán en 1951, se produjo la reincorporación de su compatriota Campos, quien en esta segunda participación dejó registradas seis grabaciones para el sello Odeon, siendo la primera de ellas el tango de Juan Fulginiti Llorando la carta, y la última —realizada el 5 de enero de 1953—, el tango de Viapassa, González y Barboza, As de cartón.

Entre esas seis grabaciones se encuentra la de El viejo vals, perteneciente a Charlo y José González Castillo, realizada a dúo con Floreal Ruiz, la que se constituyó a lo largo de los años una de las creaciones más reconocidas en la importante y exitosa trayectoria de ambos cantores.

Campos se desvinculó por segunda vez de Rotundo en 1953, ingresando en su lugar, en ese mismo año, el también uruguayo Julio Sosa, proveniente de la orquesta de Francini y Pontier. El varón del tango participó en doce grabaciones, entre ellas Justo el 31, Mala suerte, La casita está triste, Levanta la frente, Pa’mí es igual, Carnavalito y Yo soy aquel muchacho, permaneciendo en la orquesta hasta mediados de 1955, período en el que compartió el rubro de cantores con Ruiz, aunque no realizaron grabaciones a dúo entre ambos.

Desvinculado Sosa, ingresó por un breve lapso Jorge Durán, quien estuvo con Rotundo hasta comienzos de 1956, dejando grabados dos temas, ambos el 6 de diciembre de 1955: el clásico de Gardel y Le Pera Sus ojos se cerraron y el vals de Rotundo Poema para mi madre.

Retirados al inicio de 1956 Durán y Ruiz, reingresó por tercera vez Enrique Campos, quien esta última etapa efectuó nueve trabajos discográficos más — todos para el sello Odeon— entre el 22 de mayo de ese año, fecha del registro Libertad —primer tango editado—, y el 19 de septiembre del siguiente, cuando dejó grabado último tema Al pibe lo tengo yo.

Otras interpretaciones de este inolvidable cantor uruguayo, editadas todas en 1957, fueron las de los tangos La vida te dirá, de Juan Pomati y Leopoldo Díaz Vélez, y Al fin de cuentas, perteneciente al propio Campos junto con Juan Fulginiti, el mítico payador fallecido en 1951.

También, por entonces, estuvo brevemente en la agrupación el cantor Ricardo Argentino, quien en realidad se llamaba Carlos Palomo y era de nacionalidad brasileña, nacido en San Pablo el 25 de septiembre de 1918. Este vocalista grabó únicamente el tango Qué tarde que has venido, registro del día 10 de septiembre de 1956.

En 1957, al desvincularse Ricardo Argentino, quien se integró a la orquesta de Joaquín Do Reyes, se incorporó a la formación de Rotundo el cantor Alfredo Del Río, profundamente consustanciado con la agrupación de Alfredo Gobbi a la que simultáneamente aún permanecía ligado. Del Río formó el último dúo de cantores de la orquesta de Rotundo junto con Enrique Campos, permaneciendo en ella durante siete meses. La formación se presentó en ese año en radio Belgrano en un espacio animado exclusivamente por ella los días miércoles, además de participar los domingos en los bailables que comenzaban a la hora dieciséis.

Del Río grabó cuatro temas esta orquesta: Todavía estás a tiempo, tango de Eduardo Pereyra y Celedonio Flores, el 22 de enero de ese año; Destino de flor, tema perteneciente a Roberto Rufino y Alejandro Romay, grabación del 6 de junio —día en el que también quedó registrado el instrumental del propio director y Luis Stazzo, Para recordarlo—; posteriormente registraron Disfrazado, el viejo tango de Agustín Magaldi, finalizando la serie con Dicha pasada, el viejo tango de Guillermo Desiderio Barbieri, el que fue exhumado por Rotundo dado que por entonces estaba totalmente en el olvido desde la ya lejana grabación que había hecho Gardel.

Alejado Del Río de la orquesta, en la segunda mitad de 1957 ingresó a ella la cancionista María De La Fuente, quien dejó solamente la grabación del tango de Félix Scolatti Almeida y Enrique Maroni Tata, llevame pa’l centro, tema que junto con Al pibe lo tengo yo, de Carlos Acosta, vocalizado por Enrique Campos y editado en un disco de 78 revoluciones, constituyó la despedida definitiva de la orquesta de Rotundo de los estudios de grabación, luego de haber totalizado setenta y cuatro registros discográficos, primero para el sello Odeon y luego para Pampa, subsidiario de aquél.

Quedó así sin llevar al disco por su orquesta el tango Un cariño, compuesto en ese mismo año por Rotundo con letra de Reynaldo Yiso, el que de todos modos fue grabado por Alberto Morán, con el acompañamiento de la orquesta dirigida por Armando Cupo, dado que poco tiempo después Rotundo decidió dar por finalizada su actividad artística, a la que retornaría luego en forma muy esporádica, en 1973, cuando abrió un local tanguero en el barrio de Villa Luro, en el que actuó con su orquesta acompañando a los cantores Floreal Ruiz, Alfredo del Río y Nelly Vázquez.

De todos modos, ya nunca más después de esas grabaciones del año 1957 regresó a los estudios discográficos. En su decisión de retirarse del tango, influyó en forma decisiva las dificultades que debía soportar como consecuencia de su identificación y la de su esposa, la ex cancionista y senadora justicialista Juana Larrauri, con el ya por entonces depuesto gobierno de Perón.

Desde entonces, la atención de la empresa familiar que muchos años atrás fundara su padre fue su principal actividad, la que como queda dicho, esporádicamente compartió con la actividad al frente de su orquesta.

Es oportuno al finalizar esta reseña de la actividad de esta orquesta, recordar a los músicos que alternaron en ella en los diez últimos años de su trayectoria, es decir los correspondientes a la etapa en la que efectuara sus registros discográficos para el sello Odeon.

Ellos fueron los bandoneonistas Ernesto Ovidio Tití Rossi, Salvador Busemi, Juan Pomatti, Hugo Reserio, Héctor Maggio, Carlos Di Martino y Luis Stazo, quien también se desempeñó como arreglador; los violinistas Rolando Courzet, Hugo Baralis, Raúl Domínguez, Carlos Santandreu, Alberto López, Mario Abramovich, José Mijo y Reynaldo Nichele; mientras que en violoncello se desempeñó Ignacio Fuster; en viola Guillermo Dardoni, y en contrabajo Enrique Guerra, siendo los pianistas sucesivamente Bernardo Blas, Armando Lacava y el propio Rotundo.

Por otra parte, la labor de compositor de este director registra importantes títulos. Así, además de algunos ya mencionados en esta reseña, caben recordar al instrumental Para florearse y los cantables Y no tenés perdón, Un remordimiento y Un infierno, los dos últimos con letra de Reynaldo Yiso, y el primero compuesto en colaboración con Floreal Ruiz y con versos también por Yiso pero que fue firmado por Sara Rainer, esposa del mencionado letrista.

Todos estos temas fueron llevados al disco por la orquesta de Rotundo, quien se encontraba a poco más de un mes de cumplir 78 años de edad cuando se produjo su fallecimiento el 28 de septiembre de 1997, exactamente cuatro décadas después de su alejamiento casi total de la actividad. 

 

Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo III

biografia

Comentarios