Cantor nacido en la ciudad de Rosario el 11 de septiembre de 1926.
Todavía era un niño aún cuando surgió en él la inquietud por la música y el canto, comenzando entonces a estudiar vocalización.
La primera formación en la que intervino fue un trío infantil junto a dos de sus cinco hermanos.
Al cumplir 18 años, junto a un amigo pianista formaron el dúo Puertas–Garrido, ya con actuaciones radiales en su ciudad natal.
Sus actuaciones llamaron la atención de Héctor Lincoln Garrot, un director rosarino que cultivaba con sus músicos el estilo de Osvaldo Fresedo, quien lo convocó a incorporarse a la orquesta Los Provincianos, que él dirigía.
Permaneció en esta formación por muy poco tiempo, dado que había decidido continuar su trayectoria en Buenos Aires, ciudad donde su coterráneo, el bandoneonista Antonio Ríos iba a contactarlo con Osvaldo Fresedo, quien necesitaba un cantor para formar rubro con Roberto Ray.
La posibilidad era concreta, teniendo en cuenta que el estilo de Garrido se amoldaba perfectamente al de esa formación orquestal.
A días de su llegada a la Capital, tuvo la oportunidad de cantar con la orquesta de Ciriaco Ortiz en algunos bailes y en salones barriales de la gran ciudad e incluso tuvo un contacto con Ricardo Tanturi, interesado en incorporarlo a su orquesta, pero finalmente, producido el contacto con Fresedo a través de Ríos, pudo satisfacer ampliamente la prueba de sus condiciones a la que lo sometió el director y fue incorporado inmediatamente al conjunto.
Por entonces, Fresedo regresaba a la actividad artística luego de un año de alejamiento y de veinticinco años de grabaciones en el sello rca Victor. Incorporándose a partir de este regreso al catálogo del sello Odeon, a través de su subsidiaria Columbia.
Además de Roberto Pansera, también incorporado por entonces a la orquesta de este director, estaban entonces en ella músicos que dejaron impreso su estilo a través de su larga permanencia en ella, como el bandoneonista Roberto Pérez Prechi, músico estrechamente vinculado con Fresedo que se desempeñó como arreglador y compositor de varios temas que formaban parte del repertorio, y el pianista Eduardo Lalo Scalise, compositor también de varias de las obras que la agrupación ejecutaba. Garrido llegaba para ocupar el sitio dejado por Osvaldo Cordó, cantor de excelentes condiciones pero de una personalidad tan extraña y particular que afectaba sus actuaciones y las de la orquesta que integraba.
El debut de Fresedo con Garrido como vocalista fue en LR1 Radio El Mundo, mientras que sus grabaciones se realizaron entre noviembre de 1950 y el mismo mes del año siguiente.
El total de las participaciones de Garrido en discos de esta orquesta fue de siete temas: Del tiempo de Gardel, de Roberto Pansera y Homero Cárpena, el 29 de noviembre de 1950; La calle maldita, de Martín Darré y Roberto Lambertucci, el 8 de diciembre de 1950; Vamos, vamos zaino viejo, de Fernando Tell y Victoriano Velázquez el 19 de diciembre de 1950, Déjame soñar, de Eduardo Scalise y Lito Bayardo el 31 de mayo de 1951; Una y mil veces, de Pérez Prechi y Alberto Andrés Leiva, el 13 de junio de 1951; Paisaje el 9 de agosto de 1951; y Sombras de humo, nuevamente de Pansera y Cárpena, el 21 de noviembre de 1951.
Poco después de esta última grabación, Garrido se retiró del conjunto y los cantables quedaron a cargo solamente de Héctor Pacheco.
Los periódicos y las revistas especializadas de entonces señalaron que Armando se sintió relegado por Pacheco, quien se había incorporado después a la orquesta y sin embargo era favorecido con un número de grabaciones que superaba a las que a él le asignaban. De todos modos, Garrido jamás confirmó esta especie, pero tampoco lo expuesto en esas publicaciones nunca fue definitivamente desmentido.
Desvinculado de Fresedo, comenzó el año 1952, realizando una gira por varias ciudades del interior del país y, de regreso de ella, tuvo un paso breve por la orquesta del bandoneonista Carlos Demaría, que actuaba en reconocidas boites porteñas.
Siempre en el año 1952, fue llamado por el violinista Nito Farace, oriundo de Arroyo Seco, localidad muy próxima a Rosario, con quien había actuado en la orquesta Los Provincianos a la que se hiciera mención anteriormente.
Con la formación dirigida por Farace llegó al disco en cuatro oportunidades, aunque se trató de grabaciones que no fueron editadas comercialmente. Los temas que registró fueron Carillón de La Merced, Cuando llegue el invierno, Amores de estudiante y Hermana.
A continuación, fue acompañado por la orquesta de Manuel Buzón. Con este pianista y director actuó hasta el fallecimiento del mismo, producido inesperadamente el 14 de julio de 1954. Orquesta y cantor realizaron asiduas presentaciones en distintas salas y clubes, pero sin llegar a los estudios de grabación, dado que esta perspectiva se frustró a causa de la inopinada muerte de Buzón.
Entre los años 1955 y 1956, fue requerido por Lucio Demare, cuando éste formó su segunda y última orquesta, para ocupar el lugar que había dejado el cantor Héctor Alvarado.
Volvió entonces a los estudios de grabación, dejando registrados dos temas clásicos del género: Barrio de tango y Dónde.
En 1955, participó además en el rodaje del film El último perro, dirigida por Lucas Demare, película producida en colores, lo que no era todavía habitual en ese tiempo. El papel protagónico estaba a cargo de Hugo Del Carril, recreando diversos aspectos de la lucha en la frontera contra los indios y en el elenco, figuraban además Nelly Meden, Nelly Panizza, Mario Passano y Jacinto Herrera, entre otros. Se estrenó el 14 de marzo de 1956, en el cine Ocean.
La escena en la que participó Garrido se contextualizaba en un atardecer muy frío al aire libre, encontrándose varios gauchos alrededor de un fuego conversando animadamente. En un determinado momento uno de ellos, personificado por Garrido, decide pulsar la guitarra y cantar una canción titulada Buscándote perteneciente a Lucio Demare, es decir el director de la orquesta para la que entonces cantaba.
Luego, la orquesta de Demare realizó una excelente temporada en LR3 Radio Belgrano, pero terminada ésta, el director resolvió la disolución de su formación. Así, Garrido fue el último cantor del compositor de Malena. Desde comienzos de la década del sesenta, se radicó en Mar del Plata y, tanto en esa ciudad como en sus alrededores, siguió desarrollando su actividad. Su delicado estilo y su particular fraseo le permitieron presentarse en distintos locales durante varias temporadas veraniegas de la ciudad en la que había radicado.
En 1965, realizó sus dos últimos registros fonográficos, contando entonces con el acompañamiento de un conjunto musical dirigido por Juan Carlos Cirigliano. Cristal y Un minuto nada más fueron los temas que marcaron esa despedida.
Con los años, su alejamiento de la actividad ya fue definitivo y así, en su tranquilo retiro junto al mar, falleció el 9 de agosto de 2006, faltándole entonces un mes y dos días para llegar a cumplir 80 años de edad.
Comentarios
Publicar un comentario