Considerado
el padre de los letristas del tango y referente insoslayable de los mismos,
había nacido en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, el 18 de noviembre de
1888.
Fue en sus
inicios titiritero y empleado de una zapatería. En 1911 se casó con Hilda Briano,
matrimonio del que nació José María, referente de la poesía del tango al que
dedicamos la reseña que precede a ésta.
Entre 1914 y
1917, estuvo en Montevideo, desarrollando su actividad de cantor y es allí
donde comenzó a escribir letras sobre las melodías de algunos tangos, como El
flete, de Vicente Greco, La biblioteca, de Augusto Berto, Matasano
(música de autor desconocido, luego adjudicada a Canaro) y El Cachafaz y
Champagne tango de Manuel Aróstegui.
Sin embargo,
su trabajo adquirió relieve y popularidad cuando agregó al tango Lita de
Samuel Castriota los versos que luego dieron lugar a que el tango pasase a
llamarse Mi noche triste.
Gardel lo
grabó en los primeros días de enero de 1917 y luego Manolita Poli lo interpretó
la noche del 19 de abril de 1918 en la obra teatral Los dientes del perro,
de José González Castillo y Alberto Weisbach.
La
estructura poética de este tango fue escrupulosamente respetada en las letras
inmediatamente posteriores a la de Contursi, dado que a esos primeros poetas
del género resultó muy difícil apartarse de la secuencia descriptiva con la que
fue enfocada esa letra precursora.
En la
primera estrofa Contursi reseña el pasado feliz del protagonista y su mutación
en un presente desesperanzado, al que describe en las dos estrofas siguientes,
para desembocar en una última en la que se muestra claramente instalado en lo
que hoy se identificaría como una depresión, la que por otra parte signaba la
vida del autor.
Existen en
esta estrofa final dos imágenes que pueden considerarse entre las más logradas
de esa primera etapa del género: la guitarra que ya nadie pulsa y la luz que ya
no alumbra, se muestran solidarias con la situación del protagonista.
El éxito
obtenido por el tema, al que se considera el primer tango canción y por ende un
hito fundamental en la historia del género, alentó a Contursi a seguir con la
misma temática del abandono, que describió nuevamente en De vuelta al bulín,
con música de José "El Gallego" Martínez, casi una continuación de la
historia que se inicia en Mi noche triste, resolviendo ahora la
situación que planteaba en aquel tango primigenio.
En la misma
línea surgieron en 1919 los versos de Ivette, tango cuya melodía fue
escrita por Costa y Roca, dos músicos menos conocidos que los restantes
compositores a los que Pascual unió su nombre, y en ese mismo año Pobre
corazón mío, con música de Antonio Scatasso, estrenado por Ignacio Corsini
en el sainete El barrio de los tachos del propio Contursi, puesto en escena
por primera vez en el teatro Apolo el 30 de julio de 1919 por la compañía
Arata-Franco-Simari.
Finalmente Si
supieras, letra que en 1924 fue adosada a la melodía que Gerardo Matos
Rodríguez escribiera ocho años antes para La cumparsita, completó la temática
prevaleciente en la poesía tanguística de Contursi desde el punto de vista del
hombre, dado que desde la óptica femenina el abandono es también cantado en Ventanita
de arrabal y Lo han visto con otra, ambos con música del mencionado
Scatasso, y en El motivo, tango cuya música escribió Juan Carlos Cobián
en 1920 constituyéndose en lo que a éste respecta, en la primera de sus grandes
composiciones.
En Flor
de fango en cambio la temática es distinta: se encara la descripción de la
costurerita de Carriego que dio aquel mal paso, dejando de lado a la traición
amorosa que campea en los temas señalados anteriormente.
En una línea
jocosa distinta a todos los otros temas, también con Antonio Scatasso compuso La
mina del Ford.
Autor
teatral a partir de su éxito como letrista de tangos, escribió varios sainetes,
como el ya recordado El barrio de los tachos al que había precedido La
milonga popular, escrito con Ivo Pelay.
Otros
sainetes de su autoría son Caferata, Los distinguidos reos, Garabito,
De Buenos Aires a Nueva York, Percanta que me amuraste y Quien
fuera millonario, entre otros.
Viajó a
París por primera vez en 1921, en donde permaneció no mucho tiempo, para
regresar a esa ciudad y a Madrid en 1927.
En esta
segunda estadía escribió la letra de Bandoneón arrabalero, con música de
Juan "Bachicha" Deambroggio, por entonces afincado en la capital
francesa.
Su arribo de
regreso a Buenos Aires se produjo el día 25 de agosto de 1930, ya afectado por
una grave enajenación mental cuyos factores desencadenantes fueron la sífilis y
el alcoholismo. Fue internado en el Hospital de Las Mercedes, en el que
falleció el 29 de mayo de 1932, casi seis meses antes de cumplir 44 años de
edad.
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de
tango; Tomo I
biografia
Comentarios
Publicar un comentario