Raúl Berón - Biografía



Cantor nacido el 30 de marzo de 1920. Perteneciente a una familia de importante actuación en el tango, debutó a los 10 años a dúo con su hermano José. En 1939, dio a conocer su voz de tenor debutando en la orquesta de Miguel Caló, con quien dejó cerca de treinta inolvidables registros discográficos. Las primeras grabaciones de Berón con esta inolvidable agrupación datan del año 1940, siendo ellas el estreno discográfico del tango de Domingo Federico y Homero Expósito Al compás del corazón y el vals Soñador, perteneciente en letra y música a otro de los grandes bandoneonistas de la orquesta, Armando Pontier.
A estos registros siguieron el tango Trasnochando, del pianista y director Armando Ballotti y Santiago Adamini; Tarareando, de Juan José Guichandut; la exitosa milonga-candombe de Enrique Mario Francini y Horacio Sanguinetti Azabache; el tango de Alberto Suárez Villanueva y Oscar Rubens Lejos de Buenos Aires y Margarita Gautier, difundida composición de Joaquín Mauricio Mora y Julio Jorge Nelson, entre otros inolvidables y permanentemente recordados registros discográficos.
En 1943 se incorporó a la orquesta de Lucio Demare, con quien registró veintiséis temas para el sello Odeón, entre ellos los tangos El pescante, Una emoción, Y siempre igual, Soy del 90, Tal vez será su voz (originalmente conocido como Tal vez será mi alcohol, título que no fue aceptado por la estricta censura de la época), Vieja ribera, Luna, Moneda de cobre, En un rincón, El baile de los domingos, Qué solo estoy, Dos palabras, por favor y Cómo se hace un tango; las milongas Ropa blanca, Chatero de aquel entonces y El naranjerito; y los valses Al pasar y Se fue, además de El barco María, un muy interesante tango de Carlos Viván y Horacio Sanguinetti, que, a diferencia de las otras veinticinco grabaciones de este binomio, aún no ha sido reproducido en discos compactos.
Desvinculado de Demare, en 1944 ingresó a la orquesta que acababa de formar el pianista Orlando Goñi, participando en ella durante su breve duración, interrumpida por el temprano fallecimiento del director, siendo precisamente Berón el promotor de la repatriación de los restos del malogrado pianista al fallecer este en Montevideo el 5 de febrero de 1945, para lo que realizó las gestiones necesarias ante SADAIC.
En este mismo año se incorporó como vocalista de la recién constituida orquesta de Francini-Pontier, con la que grabara dieciséis temas, entre el 17 de mayo de 1946, día en el que grabara el tango de Alfredo De Ángelis y José Rótulo Remolino, y el 3 de febrero de 1949, fecha a la que corresponde la grabación de la milonga Alegría, cuya melodía pertenece a Enrique Mario Francini y su jocosa y colorida letra al poeta Héctor Gagliardi.
En ese total de registros con la orquesta de Francini-Pontier se incluyen dos temas grabados a dúo con Roberto Rufino, los valses Primer beso y República Argentina, y uno con Alberto Podestá, el tango Adiós marinero.
Desvinculado de esta orquesta en 1949, retornó de inmediato a la de Miguel Caló, en la que permaneció hasta comienzos de 1951.
En mayo de este año Berón se incorporó como vocalista de Aníbal Troilo en reemplazo de Aldo Calderón, debutando de inmediato en Radio Belgrano. Cabe destacar que, desde diez años atrás, la orquesta de Troilo venía desempeñándose en Radio El Mundo, por lo que la incorporación de Berón fue coincidente con el debut de ambos en Radio Belgrano.
También por entonces, la orquesta, ahora con su flamante cantor, retornó al local nocturno Tibidabo, el reducto tanguero de la Avenida Corrientes 1244. Tanto en la mencionada radio como en el Tibidabo, Troilo estrenó con la voz de Berón el tango Discepolín, que en marzo de ese mismo año había compuesto con letra del ya por entonces gravemente enfermo Homero Manzi.
Dado que el estreno de ese tango homenaje se produjo poco antes de fallecer el poeta, es dable imaginar la emoción de Troilo y del homenajeado al darse a conocer la bella melodía de esta composición, recordándose que, al finalizar su primera interpretación en el Tibidabo, Discépolo cruzó la pista de baile y se confundió en un prolongado abrazo con Troilo y con Berón. Por otra parte, el tema representó para el cantor uno de los más grandes y recordados éxitos de su carrera.
En su etapa en la orquesta de Troilo, Berón compartió el rubro de vocalistas con Jorge Casal, quien ya venía desempeñándose en esta orquesta desde el año anterior, dejando catorce grabaciones para el sello TK, incluyendo una a dúo con Jorge Casal, la muy alegre y descriptiva Milonga del mayoral.
Esas grabaciones comenzaron, como no podía ser de otro modo, con Discepolín en el año 1951, registrando luego, entre otros temas, Mensaje, tango póstumo de Discépolo que completó Cátulo Castillo luego de la muerte de Discépolo; Malena, Ivette, N.P., Medianoche (que no es el perteneciente a Pichuco con letra de Héctor Gagliardi, que Troilo extrañamente nunca grabó, sino el compuesto por Alberto Tavarozzi con letra de Eduardo Méndez); el viejo clásico de Villoldo El choclo y el no menos difundido Pero yo sé.
Sus grabaciones con Troilo finalizaron en el año 1954 con Un tango para Estercita, del compositor y autor uruguayo Alberto Mastra.
La última intervención de Berón en su importante trayectoria como cantor de orquesta se produjo en el año 1963, cuando Miguel Caló reconstituyó parte de aquella emblemática orquesta que comenzó a desmembrarse en 1943, tal como se relata en la biografía de este director. Además de algunos de los músicos de aquella inolvidable agrupación, como los bandoneonistas Domingo Federico y Armando Pontier y el violinista Enrique Mario Francini, y de otros a los que se recuerda en la aludida biografía, Berón fue uno de los vocalistas incorporados para las actuaciones que comenzaron el 7 de marzo de ese año 1963 en Radio El Mundo, participando además en la grabación de un disco de larga duración con doce temas para el sello Odeón, al que Caló seguía ligado desde hacía ya entonces casi treinta años.
Antes de esta última participación en la orquesta de sus primeros éxitos y también luego de la misma, Berón se desempeñó únicamente como solista, efectuando grabaciones, entre otros acompañamientos, con las formaciones dirigidas por Argentino Galván y después por el pianista Carlos Figari, con quien había integrado la orquesta de Troilo en la primera mitad de los años cincuenta.
Con Galván, en particular, quedaron registros muy interesantes de los tangos Yo quería ser feliz y Por qué soy reo. También durante las décadas del sesenta y el setenta realizó varias giras por el continente americano, actuando en buena parte del mismo.
De todos modos, su nombre ha quedado en la historia grande del tango fundamentalmente por su trayectoria como cantor de grandes orquestas, brillante etapa que reseñáramos con anterioridad.
Su fallecimiento se produjo el 28 de junio de 1982, cuando tenía 62 años de edad.
 
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo I
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