Rosarino, al igual que sus hermanos Félix y Santos, había nacido el primer día del año 1916, siendo su verdadero nombre León, al que a través de la eliminación de una sola letra puede decirse que modificó, en cuanto a su sonoridad, en forma sustancial.
Violinista, compositor y, posteriormente, también director. A poco de llegar a Buenos Aires —hecho que aconteció en el año 1929—, se incorporó a la fila de violinistas de la orquesta de Pedro Maffia, en la cual permaneció durante siete años, y participó en 1935 en la gira que esa agrupación realizó por Chile.
Luego fue primer violín de la orquesta de Miguel Caló, la que ya comenzaba a evidenciar la evolución instrumental que plasmaría en los años cuarenta.
Entre 1953 y 1955, integró la orquesta de Roberto Caló, de la que fue pieza fundamental, como se evidencia en los solos que realizó en las grabaciones de los instrumentales La cachila y En fa menor.
Desvinculado de esta agrupación, en el año 1956, formó el cuarteto Los Notables del Tango, con el pianista Manuel Flores, el bandoneonista Leopoldo Federico y el contrabajista Omar Murtagh. El conjunto adoptó una línea vanguardista para las pautas de la época y fue muy apreciado por quienes ya por entonces comenzaban a apreciar la renovación en el tango. De esa experiencia, quedó un disco con cuatro tangos, en uno de los cuales —Ciudad dormida— el pianista interviniente en la grabación fue Osvaldo Berlingieri.
También en el año 1956, se sumó al grupo que formara Carlos García para acompañar al cantor Héctor Pacheco —recién desvinculado de Osvaldo Fresedo —, en giras por todo el país, en audiciones radiales y en numerosas grabaciones. Además de Leo, integraban esta orquesta músicos de la jerarquía de Leopoldo Federico, Tito Bissio, Aldo Nicolini, Panchito Cao, Elvino Vardaro, Hugo Baralis y Horacio Malvicino.
En 1958, Lipesker dirigió a su vez una formación que prestó un marco de gran calidad al cantor Roberto Rufino.
Posteriormente, retomando la línea renovadora del cuarteto de 1956 pero acentuándola aun más, creó en 1961 el Primer Cuartero de Cámara del Tango, en el que lo acompañaban Hugo Baralis, también en violín; Mario Lalli, en viola, y José Bragatto, en violoncello. Los arreglos estuvieron a cargo de Pascual Mamone.
El cuarteto grabó dos discos larga duración y representó un aporte relevante para el tango, aún cuando su actuación se haya limitado únicamente a estas grabaciones.
En uno de ellos, incluyó únicamente temas clásicos ya consagrados, a los que los arreglos de Mamone dieron una nueva dimensión. Entre ellos, se encontraban Flores negras, Griseta, Recuerdos de bohemia, Nunca tuvo novio y La casita de mis viejos.
En el otro, también, incluyó tangos de esa índole como por ejemplo Loca bohemia, Recuerdo, Todo corazón y La cumparsita, pero también dio cabida a las por entonces nuevas expresiones del tango, como Tango ballet, Anone, Temático, Tango del ángel, La bordona y Sueño azul.
Leo formó luego un quinteto con Osvaldo Requena, en el piano; Daniel Lomuto y Armando Calderaro, en bandoneones, y Mauricio Misé y él, en violines, con el que también grabó otro disco larga duración, también de excelente factura musical.
Vinculado al empresario de medios de comunicación Alejandro Romay, creó con éste el programa Grandes valores del tango, que se emitía por radio Libertad.
De la relación con Romay surgieron varios tangos con música de Leo y versos del mencionado empresario devenido en letrista, tales como Todo es amor, Por este amor y Puede ser que no te rías, temas que Leo firmó con el seudónimo de «Riel», nombre que también utilizó para rubricar su participación en los difundidos tangos El último guapo y Sueño malevo, en estos dos casos con letra de Abel Aznar, ambos perpetuados por la voz de Alfredo Belusi, el primero de ellos cuando se desempeñaba como cantor de la orquesta de José Basso —y luego en su etapa de solista— y el segundo, a través de sendas grabaciones como cantor del mencionado José Basso y de la típica de Osvaldo Pugliese.
En 1963, dirigió la orquesta que acompañó a Alberto Morán en la grabación para el sello Discofonía de los tangos Ya no vale la pena, ¿Dónde estás cariño? y Siga el corso, además del bolero en versión orquestada en tiempo de tango Escándalo.
En 1964, Lipesker compuso dos tangos más: Tuyo es mi corazón, con letra —lo que no deja de ser sorpresivo— del pianista, director, compositor y también autor Héctor Stamponi, y Eslava, magnífico instrumental, compuesto en este caso en colaboración con Pascual Mamone, del que existe una recordada versión de la orquesta de Leopoldo Federico.
También con el seudónimo de «Riel» firmó la melodía de La porteñita, milonga que lleva una descriptiva letra de Reynaldo Yiso y que fue la última grabación concretada por Ángel Vargas, veinte días antes del inesperado deceso del «Ruiseñor de las calles porteñas».
Le pertenece también la música del tango Me llaman el ronco, firmada con su verdadero nombre, es decir León Lipesker. El tema lleva letra de Reynaldo Yiso, y ha sido grabado por la orquesta de Juan Sánchez Gorio en junio de 1960, en el único registro que con esta agrupación realizó el cantor Alberto Echagüe.
Leo Lipesker falleció el 1° de octubre de 1979, exactamente tres meses antes de cumplir 64 años de edad.
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo II
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