Orlando Goñi - Biografía



Pianista nacido el 26 de enero de 1914. Tomó clases de piano y armonía con el maestro Vicente Scaramuzza, estudios que le permitieron adquirir un gran sentido del tiempo orquestal y una considerable base armónica.

Desde sus inicios, Goñi fue un ferviente impulsor de la escuela decareana, que conociera junto con Alfredo Gobbi asistiendo a las actuaciones del sexteto de De Caro en el cine Select Lavalle.

Como ha señalado Piazzolla, a diferencia de la mayoría de los intérpretes más importantes del género, no gustaba de la música clásica y manifestaba total aversión hacia el jazz.

Su debut profesional se produjo cuando sólo contaba trece años, es decir en 1927, integrando un sexteto con Alfredo Gobbi, Alfredo Calabró, Bernardo Weber, Carbó y Cruz, actuando en la confitería Metropolitan. Actuó luego fugazmente con Miguel Caló para retornar nuevamente al conjunto de Alfredo Gobbi, integrando posteriormente las agrupaciones de Manuel Buzón —en la que los músicos eran Jaime Gosis y Goñi, en piano; Alfredo Attadía y Aníbal Troilo, en bandoneones; Alfredo Gobbi y José Goñi, hermano de Orlando, en violines, y Agustín Furchi, en contrabajo— y de Anselmo Aieta.

Luego de actuar en 1933 en Mar del Plata con Osvaldo Pugliese y Alfredo Gobbi, quien a partir de entonces se constituyó en su entrañable amigo, pasó brevemente por varias agrupaciones, hasta que en 1934 se incorporó a la que dirigía el violinista Cayetano Puglisi, sexteto con el que actuó en radio Fénix.

En 1936, colaboró en las orquestas de Ciriaco Ortiz y Juan Carlos Cobián. En esta última orquesta se desempeñaba como bandoneonista Aníbal Troilo, con quien también estrechó una gran amistad.

Al disolverse la orquesta de Ortiz, Troilo decidió formar su propia agrupación con la mayoría de los músicos de la anterior, incorporando de ese modo entre ellos a Orlando Goñi, como pianista del flamante emprendimiento.

Así, entre julio de 1937 y hasta septiembre de 1943, Goñi fue el eximio pianista de la orquesta de Aníbal Troilo, interviniendo en setenta grabaciones, comenzando con Comme il faut y finalizando su participación cuando registraron el tango de Peregrino Paulos El distinguido ciudadano.

En esa época, la orquesta de Troilo aún tocaba «a la parrilla», es decir sin arreglos estructurados, pero de todos modos —al decir de Gobello—, Goñi sin haber llegado a ser un arreglador en el sentido estricto de la palabra, como ya lo eran por entonces Artola o Galván, al menos era, en la gráfica expresión del mencionado investigador, «el que organizaba la parrilla».

A su vez, Mario Paolucci, quien escribiera una breve pero muy gráfica biografía del personaje para la Historia del Tango publicada por editorial Corregidor en la década del setenta, ha expresado que «sin Goñi, la orquesta de Troilo no hubiese sido la misma».

El bandoneonista Toto Rodríguez, quien compartiera con él esa primera etapa de la orquesta de Pichuco, ha señalado que «Goñi hacía unísono con los violines y los bandoneones con su mano derecha».

El mismo músico explicaba que Goñi «estaba influenciado por la milonga, por lo que comenzaba los temas con una variación amilongada», lo que puede notarse en las interpretaciones de los tangos El tamango, Cordón de oro, Cachirulo y CTV y, por supuesto, en la milonga Mano brava. Pero había en Goñi un profundo drama personal que a la postre, no sólo le impediría su realización como músico eximio, sino que, lo llevaría a poner pronto final a su vida: alcohólico desde su adolescencia, el vicio fue ganándolo cada vez más a medida que el tiempo transcurría.

Alejado por lo tanto de la orquesta de Troilo a causa del mal que le impedía cumplir con los requerimientos de una orquesta que ya estaba consolidando su renombre entre las más importantes en la historia del género, Goñi formó su propia agrupación, con músicos de la categoría de Antonio Ríos, Roberto Di Filippo, Luis Bonnat y Eduardo Rovira, en la fila de bandoneones; Rolando Curzel, José Amatriain, Antonio Blanco y Emilio González, en violines; Domingo Donaruma, en contrabajo, y los cantores Raúl Berón, Antonio Rodríguez Resende. Francisco Florentino y Osvaldo Cabrera.

Esta orquesta duró los quince meses que le restaban de vida al director a partir de su desvinculación de Troilo. Al frente de ella, Goñi pudo concretar actuaciones en radio Belgrano, como asimismo en diversos clubes nocturnos.

No llegó a grabar, si bien Oscar Del Priore recuerda que quedó un acetato en el que está registrado el tango El taura, el que se encuentra aún inédito. Por otra parte, en un disco compacto editado por la audición La Fonola, emitida por Radio Nacional–Buenos Aires, se incluyó una toma radial de la interpretación de su orquesta de la milonga Mi regalo, única obra por otra parte que Goñi dejó como compositor. El tema, que lleva versos de Enrique Dizeo, fue vocalizado por Osvaldo Cabrera.

Pero sus días ya estaban por entonces muy prontos a finalizar. En enero de 1945, con los síntomas de un mal incurable en buena medida originado por su adicción, Orlando Goñi, el impenitente bohemio, se refugió en Montevideo en la casa del bandoneonista uruguayo José R. Martínez, en la que falleció a los treinta y un años de edad el día 5 de febrero de 1945.

Por un expreso pedido realizado a SADAIC por parte de Raúl Berón, quien fuera vocalista de su orquesta durante la breve trayectoria de ella, los restos de Goñi fueron repatriados cinco días después de su deceso. 


Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo II

biografia

Comentarios