Pianista, director y compositor nacido en Campana (provincia de Buenos Aires) el 24 de diciembre de 1916.
Radicado en Zárate, vecina a su ciudad natal, a los 7 años de edad comenzó a estudiar piano con la maestra Esther Cultelli y, paralelamente, continuó sus estudios primarios y secundarios, hasta recibirse de maestro normal.
Continuó sus estudios musicales con el profesor alemán Juan Elhert en cuya orquesta debutó profesionalmente en Zárate, en un conjunto formado para actuar en una de las típicas matinés de la época. Integraban esa agrupación Armando Pontier, Cristóbal Herreros y el propio Elhert, en bandoneones; Enrique Mario Francini, en violín, y Chupita, en el piano.
En 1934, viajó por primera vez al exterior, acompañando a la cantante Mercedes Simone en actuaciones en el casino de la isla brasileña de Guaruyá.
Ya radicado en Buenos Aires, perfeccionó sus conocimientos en armonía con el maestro Alberto Ginastera, habiendo realizado también estudios de composición.
En sus primeros años, en la Capital, integró las orquestas de Federico Storticatti, Miguel Caló y Antonio Rodio; luego en 1943 viajó a México donde se estableció por un lapso de tres años, desempeñándose como director musical de la cantante Amanda Ledesma.
De regreso al país, formó su propio conjunto, grabando en el sello Victor con el cantante Guillermo Arbós.
En 1953, formó un dúo de piano y violín con Enrique Mario Francini, para actuar en programas radiales con presencia de público en la sala de la emisora, modalidad que era muy habitual por entonces.
Además, dirigió y arregló marcos orquestales de Hugo del Carril y Alberto Marino, a quien en 1955 acompañó en la grabación del tango Qué risa y el vals
Oasis, perteneciente al propio Chupita con versos de Eugenio Majul. Estos registros fueron editados en un disco simple por el sello Odeon. Roberto Rufino y Charlo fueron también intérpretes a los que Stamponi dio marco musical al frente de su orquesta.
También con su agrupación brindó un excelente acompañamiento al cantor Jorge Vidal en la grabación para el sello Odeon de cuatro temas, todos el día 4 de marzo de 1958. Ellos fueron los tangos Adiós corazón, perteneciente al pianista y director uruguayo Eduardo Etchegoncelay y al compatriota de éste Humberto Sapelli; Al verla pasar, de Joaquín Mauricio Mora y José María Contursi; Yo quería ser feliz, cuya música y letra pertenecen al mismo Stamponi, y Maquillaje, obra de los hermanos Virgilio y Homero Expósito.
A fines de 1959, acompañó con su orquesta a Edmundo Rivero, en el que resultó a la postre uno de sus grandes trabajos discográficos.
El disco, editado bajo el título de Rivero canta a Discépolo, se constituyó en un hito en la carrera tanto del cantor como del director. Integraban la formación convocada por Chupita en esa oportunidad, músicos de la talla del contrabajista Enrique Kicho Díaz y el bandoneonista Mario Demarco.
Entre los temas incluidos en el trabajo se encontraba el tango Fangal, denominación con que fue dado a conocer el disco en su primera publicación. Este tema fue uno de los que Discepolín dejó inconclusos al fallecer, habiendo completado su letra Homero Expósito años más tarde de la muerte del gran compositor.
También por entonces Chupita acompañó con su orquesta al cantor Raúl Lavié en recordados ciclos que se irradiaron por radio Belgrano.
Años más tarde, Lavié se convirtió en uno de los mejores intérpretes de El último café, uno de los grandes temas de Stamponi.
En 1960, regresó a los estudios de grabación de ese mismo sello al frente de su orquesta, ahora para acompañar a Tita Merello, con la que dejó registrados cuatro temas: Llamarada pasional —cuya letra pertenece a Tita y la música al propio Stamponi—, Naipe marcado, Qué vachaché y ¿Dónde hay un mango?, todos registros de los que existe frecuente difusión.
En 1971, se presentó en Caño 14, integrando un conjunto con el bandoneonista Néstor Marconi y el contrabajista Omar Murtaugh, que acompañaba a la cantante Eladia Blázquez en sus presentaciones en ese local.
Su importante tarea como compositor tuvo su inicio, al menos entre los temas que han sido llevados al disco, en el tango Inquietud, cuya música escribió en colaboración con Enrique Mario Francini y letra de Oscar Rubens. La grabación a la que se hace referencia fue la realizada por la orquesta de Osvaldo Fresedo con la voz de Ricardo Ruiz, en julio de 1939.
A este tema, siguieron, entre otros, el vals Flor de lino y los tangos Quedémonos aquí y Qué me van a hablar de amor, ambos con letra de Homero Expósito, cuya colaboración en los versos también la contó en Mi cantar, algo menos difundido pero no menos melodioso que los anteriores, objeto de grabaciones por parte de la orquesta de Francisco Canaro con la voz de Ernesto Famá y luego por la de Miguel Caló con la de Jorge Ortiz, esta última realizada el 21 de mayo de 1943.
Asimismo, con versos de Homero Expósito, compuso la melodía de En la huella del adiós, tango que Astor Piazzolla grabó con su recordada Orquesta Típica del Cuarenta y Seis, con las voces a dúo de Aldo Campoamor y Héctor Insúa.
En otra colaboración con Francini, escribió la hermosa melodía de Junto a tu corazón tema que se complementa con excelentes versos de José María Contursi.
Este tango fue llevado al disco en dos ocasiones por Alberto Podestá, la primera de ellas el 23 de junio de 1942, cuando se desempeñaba como vocalista de la formación de Carlos Di Sarli, y la segunda, ya como solista acompañado por la orquesta dirigida por Leopoldo Federico.
Nuevamente con Francini, compuso la milonga Pobre María, cuya letra en este caso es de Homero Expósito, del que también existe una única grabación de Caló con Ortiz realizada el 10 de junio de aquel mismo año.
Triste comedia, con letra de Oscar Rubens, es otra de sus destacadas producciones musicales. El tema ha sido éxito de varios intérpretes como por ejemplo Alfredo Belusi, quien lo grabó en su etapa de solista. No muy difundido pero no menos destacable es Delantal, que lleva versos escritos por Félix Arena, del que existe un muy buen registro discográfico por parte de la orquesta de Fulvio Salamanca con la voz de Alberto el Chino Hidalgo en el año 1965.
Con versos de Cátulo Castillo, le pertenecen Perdóname, tema que entre otras versiones grabadas tiene la realizada por la orquesta del bandoneonista Juan Sánchez Gorio con la voz de Osvaldo Bazán el 31 de mayo de 1955; El trompo azul; Canción de Ave María, del que existe un recordado registro de la orquesta de Troilo con la voz de Nelly Vázquez, y Aquí nomás, llevado al disco por las orquestas de Aníbal Troilo y de José Basso, con las voces de Tito Reyes y Alfredo Belusi, respectivamente.
En 1959, compuso otro tango de importante repercusión: Es mejor olvidar, con versos de E. Parula, grabado el 7 de mayo de 1959 por la orquesta de Osvaldo Fresedo con el cantor Hugo Marcel.
En la primera mitad de los años sesenta, unió su nombre al de Cátulo Castillo como letrista, dejando entre ambos Ventanal, hermoso tango que sorpresivamente sólo fue grabado por la orquesta Los Señores del Tango con la voz de Oscar Serpa para el sello Columbia el 29 de octubre de 1962, en la que fuera la última versión discográfica de esta formación que se había constituido en enero de 1956 con músicos provenientes masivamente de la orquesta de Carlos Di Sarli, y el El último café, seguramente el tema más difundido dentro de sus colaboraciones con Cátulo en razón de haber resultado ganador del certamen de la canción del año 1963, logro que lo proyectó rápidamente a la popularidad. El último café fue grabado inmediatamente por diversos intérpretes, entre ellos Julio Sosa con el acompañamiento de la orquesta dirigida por Leopoldo Federico.
Además, con versos de Eugenio Majul escribió las melodías del vals Oasis, del que además de la grabación ya mencionada de Marino existe otra del cantor Francisco Llanos acompañado por la orquesta dirigida por el maestro Carlos García en el año 1978, y del tango Alguien, hermosa melodía de un tema del que existen muy buenos registros discográficos. La versión de la orquesta de Enrique Mario Francini con la voz de Alberto Podestá, grabada para rca Victor el 14 de enero de 1956 es un buen ejemplo al respecto.
Con el prolífico letrista Carlos Bahr compuso la música del vals Caricias perdidas, llevado al disco por la orquesta de Francini y Pontier con el cantor Mario Lagos en el mes de enero de 1954, agrupación que en noviembre de ese mismo año grabó el ya mencionado tango Perdóname, en este caso con el vocalista Luis Correa.
Con letra de Oscar Zito, compuso Perro e’sulky, llevado al disco por la orquesta
de Osvaldo Fresedo con el cantor Carlos Barrios el 14 de septiembre de 1961.
Romance y tango, Es mejor olvidar, Pueblito de provincia, Zamba, No, no matarás, son otras de sus melodiosas composiciones, las que pese a sus méritos no alcanzaron la difusión de los temas reseñados con anterioridad.
Compuso también los instrumentales Festejando y Parisien y, ya en el rol de letrista que esporádicamente asumiera para acompañar algunas de sus melodías, le pertenecen en música y letra el vals Un momento y los tangos Cuando cuentes la historia de tu vida y el ya mencionado Yo quería ser feliz.
En 1964, en lo que constituye un caso único en su trayectoria, escribió sólo la letra del tango Tuyo es mi corazón, cuya música pertenece a Leo Lipesker, quien a su vez lo firmó con el seudónimo de Riel.
En sus últimos años y hasta que su enfermedad se lo permitió, animó con su piano veladas en locales nocturnos, restaurantes y en confiterías del centro.
En la Navidad de 1996, al cumplir Stamponi 80 años, la Municipalidad de Campana le organizó un excepcional homenaje.
Casi un año después, el 3 de diciembre de 1997, falleció. Horas antes de su muerte, estando ya en su lecho de enfermo, fue honrado con el título de Ciudadano Ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
En la nota necrológica publicada por el diario La Nación en su edición de dos días más tarde al del deceso de Chupita, Raúl Ivancovich ha escrito que «la manera de tocar, los arreglos, su peculiar fraseo, su modestia y su desinterés por su proyección personal, lo que en el lenguaje de hoy se llamaría “perfil bajo”, hicieron de él una figura reconocida y respetada en el ambiente, querida por quienes lo trataron, recordada desde ahora por sus hermosas melodías».
Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo III
biografia
hector
Comentarios
Publicar un comentario