José Razzano (el Oriental) - Biografía

Guitarrista, cantor, compositor y, finalmente, representante artístico. Había nacido en Montevideo el 26 de febrero de 1887, ciudad desde la que se trasladó de niño a Buenos Aires a poco de fallecer su progenitor, dado que su madre tenía parientes que le ofrecieron a la joven viuda y al pequeño generosa protección.

José vivió su niñez en el barrio de Balvanera Sur, cantando en el coro de la iglesia jesuítica, actividad que desde entonces lo volcó al canto.

Con un amigo del barrio llamado Roberto Casaubón, más tarde conocido como Roberto Casaux, uno de los mejores actores de su época, José volvió a su ciudad natal a los catorce años de edad para actuar en ella, pero al fracasar la aventura, los adolescentes debieron regresar a Buenos Aires con dinero que generosamente les facilitó el pianista y compositor Samuel Castriota, el mismo que a poco daría a conocer la melodía de Lita, luego famoso tango canción con el título de Mi noche triste.

Nuevamente en Buenos Aires, Razzano fue adquiriendo cierta fama como cantor a través de sus actuaciones en almacenes, cafés y comités del Partido Conservador.

Su voz de tenor, ligeramente aguda, era sumamente adecuada para los temas folclóricos que por entonces formaban parte de su repertorio. Concentró sus presentaciones en el Café del Pelado, así llamado por la calvicie de su propietario, establecimiento que estaba ubicado en su barrio de Balvanera Sur, más precisamente en la esquina de Moreno y Entre Ríos. Pronto llegaron hasta ese local noticias de la fama que en el barrio del Abasto estaba adquiriendo otro cantor, cuyo repertorio se integraba con temas del cancionero folclórico similares a los que interpretaba el Oriental. Se supo también que al promisorio cantor se lo conocía como el Francesito aunque, tal como lo había averiguado uno de los habitué del Café del Pelado, su verdadero nombre era Carlos Gardés.

La curiosidad por conocer a su mentado competidor lo llevó a solicitar a su amigo Luis Pellicer que tratara de ubicarlo. Pellicer, hombre dado a recorrer los incipientes barrios que comenzaban a rodear al centro de Buenos Aires, rápidamente pudo localizarlo, formalizándose de inmediato el célebre desafío entre ambos intérpretes una noche del año 1911.

El encuentro se concretó en la casa de Juan Gigena, pianista que vivía en el barrio del Abasto, y el suceso, vívido en la memoria de sus protagonistas, fue relatado muchos años más tarde por Razzano a Francisco García Jiménez para que éste lo volcara en su libro La vida de Carlos Gardel.

Como era costumbre entonces, el futuro Zorzal devolvió la visita al Oriental, en un segundo encuentro que en principio iba a concretarse en el Café del Pelado, pero al no tener este local la capacidad suficiente para albergar a la notable cantidad de espectadores asistentes al espectáculo, el mismo se trasladó a la casa de Ricardo Falbi, amigo de Razzano y hombre de importantes contactos en la provincia de Buenos Aires como consecuencia de su trabajo en una compañía de seguros.

Falbi precisamente les propuso a los dos cantores realizar una primera gira por el interior de la provincia como paso previo a sus presentaciones en la ciudad.

Surgió desde entonces un dúo memorable, transformado a veces también en trío con la participación de Francisco Martino, otro cantor que estuvo presente en la velada en lo de Falbi e incluso intervino en los primeros encuentros entre Gardel y Razzano, llegando a formar un dúo con Gardel en la primera gira encarada por la provincia de Buenos Aires, en el verano de 1911 y 1912, dado que Razzano no pudo participar de ella.

Estos primeros años de actuación en común, tuvieron su epicentro en giras y actuaciones en distintos locales, en los cuales integraban a veces tercetos y hasta, aunque en este caso muy esporádicamente, cuartetos, como el que conformaron con Martino y Saúl Salinas, un mendocino que era también un destacado cultor del canto criollo. Esta formación de cuatro intérpretes se presentó en Zárate y San Pedro a comienzos de 1913, pero pronto devino en terceto por la deserción de Salinas.

Gardel, Razzano y Martino continuaron actuando asiduamente en clubes, salones y teatros durante 1913, hasta que en septiembre de ese año, luego de unas actuaciones realizadas en General Viamonte, Martino decidió desvincularse, quedando de ahí en más y hasta 1925 conformado el dúo Gardel–Razzano, del que tanto se ha hablado desde entonces. Debutaron como dúo en una presentación en vivo en Plaza Once, si bien la actuación del mismo comenzó a tener enorme relevancia cuando iniciaron en el mes de diciembre de 1913 sus presentaciones en el célebre restaurante y cabaret Armenonville.

En ese mes, integraron el elenco del local y compartieron el programa trío formado nada menos que por Firpo, Arolas y Rocatagliatta. Luego volvieron a presentarse en el mismo escenario entre el 15 de marzo y el 4 de abril del año siguiente.

Precisamente, 1914 fue un año de importantes presentaciones en teatros. Durante el mismo actuaron sucesivamente en los teatros Nacional, Apolo, Colón de Rosario, Novedades de Córdoba, Charmant Teatro de Santa Fe, La Bolsa — nuevamente en Rosario— y de regreso en Buenos Aires, otra vez en el Nacional, en el Moderno y en el Splendid.

También, en 1915 fue frecuente la actuación del dúo en teatros de Buenos Aires, además de realizar sus primeras presentaciones en Montevideo, subiendo a los escenarios de los teatros Royal, 9 de Julio y Politeama.

En agosto de ese año, partieron hacia Brasil, integrando un elenco del teatro Nacional denominada Compañía Dramática Rioplatense, con la que actuaron en San Pablo primero y en Río de Janeiro después.

Retornaron a Buenos Aires el 23 de octubre, e integraron el elenco de la Compañía Tradicionalista Argentina, que bajo la dirección de José González Castillo y Elías Allipi, presentó la obra Juan Moreira, cuyo debut tuvo lugar el 12 de noviembre.

En el verano de 1916, se presentaron en teatros de Montevideo, La Plata y Mar del Plata, y luego, entre el 12 y 18 de mayo de ese mismo año participaron nuevamente con la Compañía Tradicionalista Argentina en la reposición de la obra Juan Moreira.

Luego de actuar en el teatro Politeama de Rosario en el mes de julio, los últimos meses de 1916 fueron de intensa actividad para el ya consagrado dúo en teatros de Capital Federal: se presentó entre el 26 de agosto y el 3 de septiembre en el teatro Nuevo, integrando la Compañía de Elías Muiño y Elías Alippi, para luego hacerlo nuevamente sólo como dúo en los teatros Splendid, Apolo y Esmeralda, registrándose en este último escenario el día 16 de septiembre, el debut de José Ricardo Soria, el Negro Ricardo, como guitarrista acompañante de los cantores.

La intensa actividad teatral en los últimos meses de 1916 se extendió a 1917, año en el que el dúo comenzó a grabar para el sello Odeon, editando los primeros discos el día 9 de abril.

Los registros discográficos se iniciaron con la canción Cantar eterno, en lo que para Razzano fue su debut en el disco, no así para Gardel, quien ya lo había hecho en 1912.

Además de las grabaciones a dúo, ambos cantores registraron temas en forma individual, siendo para Razzano los primeros de ellos las cifras Entre colores y A su memoria, ambas registradas en ese mismo año 1917.

El único guitarrista acompañante, tanto del dúo, como de las participaciones de Gardel o de Razzano como solistas, siguió siendo José Ricardo, quien había participado en la totalidad de las grabaciones, excepto una realizada por el dúo en el año 1917 con el marco de la orquesta de Roberto Firpo.

A mediados de 1921, se incorporó como segunda guitarra Guillermo Desiderio Barbieri, quien acompañó a ambos hasta el retiro de Razzano como cantor, para luego hacerlo con Gardel hasta el tristemente célebre accidente de Medellín.

Precisamente, en 1925, Razzano dejó definitivamente atrás la actividad de cantor, para transformarse en representante artístico de grandes figuras de la época, inclusive del mismo Gardel hasta que éste, tras algunas controversias con su ex compañero de dúo, designó para que desempeñe esta función a Armando Delfino, administrador y hombre de confianza del Zorzal en la etapa final de su vida.

En su faz de compositor, pertenecen al Oriental melodías tan inolvidables como la de Medallita de la suerte, escrita en colaboración con Gardel y letra de Mario Batistella, cuya primera grabación estuvo a cargo del Zorzal el 18 de septiembre de 1933, en la que el emblemático intérprete canta a dúo consigo mismo.

Duelo criollo, con letra de Lito Bayardo, es otra de sus grandes composiciones, de la que existe, entre muchas otras, una grabación poco menos que insuperable de la orquesta de Carlos Di Sarli con la voz de Jorge Durán.

El recuerdo de sus grandes composiciones continúa con Café de los Angelitos, tango que lleva versos de Cátulo Castillo y alcanzó enorme difusión a partir de la versión registrada por Aníbal Troilo con la voz de Alberto Marino, orquesta que también grabó otro tema de Razzano con letra de Castillo; Camino del Tucumán, vocalizado en este caso por Floreal Ruiz en un registro para el sello RCA Victor del día 14 de junio de 1946.

Este tango, además, fue la última grabación de Ángel Vargas con la orquesta de Ángel D’ Agostino, realizada el 10 de septiembre de ese mismo año.

También compuso la milonga festiva Tortazos, con versos de Enrique P. Maroni, cuya primera grabación corrió a cargo de Gardel el 17 de junio de 1930, y luego hubo otras como la del cantor Roberto Quiroga con acompañamiento de guitarras y la muy difundida de la orquesta de Osvaldo Pugliese para el sello Odeon con la voz de Roberto Chanel el 1° de junio de 1944.

En la misma línea jocosa de la anterior se inscribe la milonga El vinacho, con letra perteneciente Alfredo Navarrine, grabada en dos ocasiones por el cantor uruguayo Carlos Roldán: la primera cuando se desempeñaba como vocalista de la orquesta de Francisco Rotundo y la segunda, más adelante, al estar radicado nuevamente en su Montevideo natal, acompañado por el marco orquestal dirigido por Hugo Di Carlo. Esta figura indisolublemente unida a la trayectoria de Gardel, al menos hasta el año en el que se retiró de la actividad artística, falleció el 30 de abril de 1960, a los 73 años de edad.

 

Fuente: Torres, Carlos Federico. Gente de tango; Tomo III

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